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lunes, julio 14, 2025

¿QUÉ SIGUE, UNA INVASIÓN EXTRATERRESTRE?

El enemigo más temible de la democracia es la demagogia

Alfred Croiset (1845-1923) Escritor francés

 

jaimelopezNadie, con dos dedos de frente, puede tomar con seriedad el amago del presidente López Obrador, respecto a la posibilidad de un golpe de estado en su contra; nadie, ni sus acólitos ni sus detractores.

En cambio, sí debe verse con toda seriedad, con justificada preocupación, las razones de ese comentario, tan fuera de lugar. Y para entenderlo, no hay sino dos alternativas: o el presidente ya presenta algún grado de inestabilidad emocional, algo cercano a un delirio de persecución, o está perfectamente cuerdo y echa a andar una estrategia para tender cortinas de humo ante la ineficacia de su gobierno en casi todos los rubros del quehacer institucional. Eso sí, muy, pero muy perversa, pero estrategia al fin y al cabo, en todo caso muy propia de los regímenes autoritarios, así tengan fachada de democráticos.

Es evidente que los fantasmas sólo los ve el presidente, porque sólo en su mente existen, pero a partir de su patético comentario en face, resulta que ahora lo ven también sus seguidores, a los que apela para advertir que no permitirán ese supuesto golpe de estado. Y lo preocupante es desde luego que un mandatario que ve fantasmas en su clóset, se vuelve peligroso en la toma de decisiones, porque éstas van en función de esa “realidad” emocional, con los riesgos que ello implica. Alguien con una disfunción emocional de esa naturaleza, huelga aclarar, no está en condiciones óptimas para gobernar.

Pero si el amago de López Obrador tiene que ver con la clásica “estrategia” de la que por décadas hizo uso Fidel Castro y más recientemente Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela: siempre que algo va mal, que el gobierno es acorralado por sus propios yerros, que se prenden las luces ámbar, recurrir al trillado amago de que “alguien”, quien sea, quiere derrumbar al régimen. Castro y los dictadores venezolanos han tenido siempre al villano favorito de quien echar mano, Estados Unidos.

Anunciar que el imperialismo yanqui prepara una embestida diplomática, un embargo económico o incluso una invasión militar, claro, sin presentar jamás una prueba de ello, ha resultado un trillado pero medianamente eficaz golpe de Castro, Chávez y Maduro, para chantajear moralmente a sus gobernados y que olviden sus propias penurias. López Obrador no puede apelar al ogro yanqui, porque no es capaz de incomodar ni con el pétalo de una rosa al señor Trump, pero sí puede alertar del riesgo de un golpe de estado, así, sin más, ambiguamente, sin sustento alguno. Una segunda fase de ese chantaje moral a la sociedad, cuando vuelva a requerirse, podría ser, por ejemplo, que tiene informes de una inminente invasión de seres extra terrestres al país.

Por eso, así como hay que desechar de inmediato el embuste ese del golpe de estado, hay que tomar con toda seriedad y preocupación las posibles causas de ese irresponsable desvarío presidencial. Alguien debe avisarle al tabasqueño que no hay ningún golpe de estado a la vista, aunque quizá una invasión extraterrestre sí sea más viable. Gobierno y sociedad deberán estar atentos a ella.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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