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miércoles, octubre 1, 2025

QUÉ SUERTE DE LOS MACHUCHONES

El educador es el hombre que hace que las cosas difíciles parezcan fáciles:

Ralph Waldo Emerson (1803-1882) Filósofo estadounidense

Qué suerte tienen los encumbrados de la 4T:

Si sus amigos a los que designan jefes de policía encabezan simultáneamente cárteles criminales, ellos no se dan ni por enterados y con eso se vacunan contra cualquier señalamiento posterior.

Si sus sobrinos, altos mandos de la Marina, encabezan el contrabando de combustibles, ellos tienen la fortuna de no haber estado enterados, pese a ser la cabeza de la institución.

Cuánta suerte tienen que al enriquecerse de la noche a la mañana, coincidentemente por los mismos tiempos reciben de sus padres herencias, ranchos, empresas, notarías, que “justifican” las carretonadas de dinero que repentinamente reciben. Y no menor suerte que no obstante no pagar impuestos, el SAT no los toque ni con el pétalo de un requerimiento fiscal.

Vaya suerte de los machuchones  cuatroteístas que sin haber reportado nunca un trabajo formal, no portar tarjetas de crédito ni más de doscientos pesos en la bolsa, reciben de herencia paterna ranchos, y doble suerte, porque pese a estar perdidos en zonas rurales, la Sedena construye a un lado una base militar, la Fuerza Aérea le presta helicópteros cada vez que los necesite y el gobierno construye las vialidades requeridas en la zona.

Pero la diosa fortuna también acompaña a los hijos de los encumbrados, tanto que sin haber trabajado nunca, todos se vuelven millonarios en un abrir y cerrar de un sexenio y se dan vida de reyes por el mundo.

Suerte te dé Dios, dicen muchos jerarcas de la 4T, que pese a ser descubiertos en fraudes monumentales en oficinas públicas, del cielo les caen puestos burocráticos para quedar a buen resguardo mientras se mete a la cárcel a segundones para taparle el ojo al macho.

Pero la mayor fortuna para ellos, y esa sí que no tiene precio, es que pese a las corrupciones, las ligas con criminales, la falta de medicamentos y la ineficacia en las tareas públicas, y pese también a destruir la democracia y mandar al país a una dictadura, el pueblo ni siquiera se interese de esos “pequeños deslices”, y cuando se entera, los soslaya. Qué suerte de los mandones de la 4T: todos son millonarios, todos son protegidos con el manto de la impunidad y el pueblo les perdona todo tipo de desviaciones.

Esa es suerte, no fregaderas.

X@jaimelopezmtz

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