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domingo, agosto 3, 2025

QUE VUELVA EL NUNCIO

El mejor gobierno es el que deja a la gente más tiempo en paz

Walt Whitman (1819-1892) Poeta norteamericano

 

jaimelopezEl Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola, debe regresar a la brevedad a la tierra caliente michoacana. Su presencia en Apatzingán y, en particular en Aguililla, el viernes anterior, provocó lo impensable: el retorno, así fuera por unas cuantas horas, a una normalidad que, aunque sea muy prendida de alfileres, hacía muchos años que los habitantes de la zona no vivían.

Y es que su presencia obligó a que las fuerzas armadas recibieran por fin la orden de intervenir en Aguililla, no precisamente para combatir al cártel jalisciense que tiene asolada la zona, sino para garantizar la seguridad del líder religioso y a la vez embajador del Vaticano en México.

Pero aunque fuera por eso, está claro que los habitantes de Aguililla se beneficiaron con el retorno a un clima de seguridad como el que las dos últimas generaciones ni siquiera conocían. La política de los abrazos y no balazos, urdida por el presidente López Obrador para pretextar la sospechosa orden a las fuerzas armadas de no confrontar al crimen organizado, ha sido acatada al pie de la letra en esa olvidada región y los criminales, sobre todo del cártel jalisciense, tienen el dominio absoluto de la zona, incluyendo la imposibilidad de que nadie entre y nadie salga del pueblo.

El gobernador Silvano Aureoles ha ordenado un despliegue policiaco en las últimas semanas, que ha tenido relativo éxito. De alguna manera ha permitido por momentos la reapertura de los accesos a la población, pero está claro que los efectivos estatales no cuentan con la capacidad de armamento para hacer frente a dicho cártel. Y las fuerzas armadas federales tienen la instrucción presidencial de abrazar, no atacar, a los delincuentes.

Pero todo cambió este viernes: desde un día antes efectivos castrenses se sumaron al operativo estatal para garantizar que la visita del Nuncio transcurriera sin incidentes. No fuera a registrarse algún desaguisado que afectara la imagen del gobierno en el mundo, si es que aún queda algo de ella. La jornada resultó en un afortunado saldo blanco. Pero apenas llegó el sábado y los efectivos militares regresaron a su inacción, porque la orden era garantizar la seguridad del Nuncio, no de la población. Y volvieron los narcobloqueos.

Por eso, sería magnífico que don Franco Coppola estuviera de regreso a la brevedad en Aguililla. Solo así los habitantes de la población seguirían disfrutando lo que es un día sin estar sometidos a los cárteles. Solo su presencia hizo que se movilizaran las fuerzas armadas. Luego entonces, habrá que suplicarle al diplomático que venga más seguido a Michoacán.

twitter@jaimelopezmtz

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