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lunes, julio 14, 2025

¿QUIÉN DIJO QUE NO HAY ESTRATEGIA ANTI CRIMEN?

En política, los experimentos significan revoluciones

Benjamín Disraelí (1804-1881) Escritor británico

 

jaimelopezEl presidente López Obrador insiste en hablar de su “estrategia” contra la criminalidad y a la luz de las cifras de terror de este año, que marcarán un récord en el número de muertes violentas, y del fracaso y la vergüenza que significó la detención de Ovidio Guzmán, todo mundo, aún su feligresía, se cuestiona si hay realmente esa “estrategia”.

Pues a contrapelo de la posición generalizada de duda, para mí es claro que el presidente sí tiene un plan contra la inseguridad y la criminalidad, contra los cárteles y el crimen organizado. Y tan lo tiene, que lo echó a andar en Culiacán, y de hecho lo ha operado todo el año.

Y tampoco es cosa de sorprendernos. Su “estrategia” nos la ha dicho una y otra vez, es la de los abrazos y no balazos, es la del perdón y el tratar a los criminales como mexicanos a los que la pobreza los llevó a delinquir, es la de no detener ya a ningún capo bajo la esperanza de que todos ellos se arrepientan y vuelvan al camino del bien.

Y esa, guste o no, es una estrategia y de la que incluso cabría la posibilidad de que diera resultado…en algún momento. Sólo que tiene un pero: el tiempo. Si llega a dar resultados, ¿en cuánto tiempo será?

Un conocimiento simple de la realidad deja claro que, en el supuesto caso de que la estrategia lopez obradorista llegara a dar resultados, no sería antes de un par de generaciones de mexicanos, es decir, entre treinta y cincuenta años. Si vamos a avalar el plan de la 4T en ese sentido, hagámonos a la idea de que la actual y la siguiente generación seguiremos viviendo el infierno de las últimas dos décadas, pero además potenciado en una indeterminada proporción, porque si combatiendo al crimen, seguro más mal que bien, pero combatiéndolo, hemos llegado a este escenario de terror en el país, fácil es suponer que se agravaría todavía más si se le deja de confrontar, como de hecho ya ha comenzado a hacer el gobierno de López Obrador.

¿Estamos dispuestos a ello y a que ya no nuestros hijos, sino nuestros nietos o bisnietos sean los que, eventualmente, lleguen a ver un México diferente? Y subrayo lo de eventualmente, porque eso es suponiendo que en algún momento diera frutos la idea de la seguridad que tiene el presidente.

Visto así, pues, no puede dudarse de que éste sí tiene una estrategia, pero ella es absurda, por decir lo menos. Una estrategia no es en sí sinónimo de eficacia o viabilidad, es tener una idea de cómo resolver un problema, pero dicha idea puede ser demencial, como es el caso. Entonces, lo que debemos cuestionar no es si hay o no estrategia, queda claro que sí, sino su sensatez, y evidentemente estamos ante una que raya en la estupidez y aún en lo criminal: ¿cuántos mexicanos más tendrá que morir para evaluar si la estrategia amlista da o no resultados?

López Obrador dice no querer muertes, aún si son de criminales. Con su absurda idea del cambio y de cómo se solucionan los problemas, la Nueva España no se hubiera independizado de la corona, ni Juárez hubiera impulsado su Reforma, ni los revolucionarios hubieran echado a Porfirio Díaz. Sólo por citar los referentes históricos en los que se ubica el tabasqueño con su 4T.

Lo que queda claro luego del bochorno de Culiacán, es que si alguien alentaba la esperanza de que López Obrador reculara y volviera a la sensatez, esa expectativa ha quedado sepultada. Vienen otros cinco años de mayor terror aún, y si las expectativas de la 4T se cumplen y se mantiene en el poder luego del 24, la noche puede ser interminable, al menos para esta y la siguiente generación. Al tiempo.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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