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sábado, julio 12, 2025

¿RECTORÍA BIEN VALE RECULAR?

Soberano es aquel que decide sobre el estado de emergencia

Carl Schmitt (1888-1985) Filósofo alemán

 

jaimelopezCon un ánimo claramente optimista y un convencimiento del que siente haber cumplido con un deber, la diputada Rosa María de la Torre escribía a los integrantes del grupo de Whats App, conformado por los miembros de las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales, Educación y Programación, Presupuesto y Cuenta Pública: “gracias a todas y todos por sus muy valiosas aportaciones. En conjunto construimos un dictamen muy bueno, en beneficio de la Universidad y del Estado”.

Apenas unas pocas horas después, la diputada, como casi todos los miembros de esas comisiones, reculaban en el pleno, a la hora de las votaciones.

De la Torre fue la creadora de una iniciativa que, aunque limitada, apuntaba a la toma de medidas concretas para comenzar, por fin, a revertir la degradación financiera histórica de la Universidad Michoacana. Por semanas, meses, trabajó en el proyecto, comenzó a cabildearlo con los demás diputados integrantes de esas tres comisiones, no sólo priístas como ella, sino panistas, perredistas, de todos los colores. Entre todos lo pulieron, no sin acaloradas sesiones de comisiones unidas. Para estar en constante y fluida comunicación, la diputada De la Torre creó un grupo de Whats App exclusivo para los miembros de esas tres comisiones.

Al fin, quedó una iniciativa, insisto, limitada, pero valiosa: por una parte, garantizaba que cada año, la Universidad Michoacana nunca reciba un presupuesto menor al del anterior, y en contraparte, como corresponde a cada privilegio, exigirle a la institución que en un plazo de cuarenta y cinco días formule un proyecto de reformas integrales a su Ley Orgánica, particularmente enfocadas en el rubro financiero, en especial a la modificación del régimen de jubilaciones y pensiones, cuya vigencia constituye sin duda una condición leonina en detrimento de la llamada Casa de Hidalgo.

Al aprobar la iniciativa unánimemente en comisiones unidas, la diputada De la Torre envió el mensaje descrito a sus integrantes. Todos se felicitaron y esperaron el día de la sesión plenaria para votarlo y hacerlo ley.

Pero nadie reparó que al filtrarse el dictamen, la comunidad nicolaita reaccionaría furibunda, particularmente su rector y los dueños de las mafias disfrazadas de sindicatos, que claramente veían en riesgo sus parcelas de poder, sus canonjías históricas, y en cosa de horas se organizaron, olvidaron rencillas entre ellos, y arremetieron contra el Congreso, marcha de manita sudada incluida, al amparo de la demagógica autonomía universitaria.

Los diputados, todos, ya no solo los de las tres comisiones involucradas, se aterraron y la propia De la Torre tomó la iniciativa de cercenar su propio proyecto, que a la hora de la sesión plenaria llegó así, rasurado, absolutamente ligth. Eso sí, se cuidaron de dejar intacto el aspecto positivo para la Universidad, el que los vivales líderes y el patético rector sí respaldaron: siempre presupuestos a la alza. Dejaron fuera cualquier indicio de rendición de cuentas, de transparencia, de reingeniería financiera.

Lo vergonzoso, lo ruin, es que los mismos diputados que dedicaron horas y horas a elaborar el dictamen propuesto por De la Torre, recularon y de su iniciativa dejaron un mamotreto patético. En el pleno, es injusto soslayar el dato, los únicos que se mantuvieron firmes y votaron en contra, con un dejo de dignidad, fueron el panista Eduardo Chavira y el priísta Mario Armando Mendoza.

De la Torre no tuvo empacho, incluso, en acusar a otros diputados de orquestar la iniciativa, cuando fue ella la ideóloga, como para evitar que el dedo flamígero de los nicolaitas le apuntara.

¿Qué pasó, además del miedo que generó en los diputados el amago de Serna, Tena y Anaya, el emergente triunvirato dueño de la Universidad? No lo sé, pero acaso entre diciembre y enero próximos, cuando tenga lugar la renovación de la Rectoría nicolaita, la posible candidatura al cargo de la propia De la Torre nos aporte elementos para entender qué diablos pasó este tristemente célebre 9 de mayo. ¿O será que así como París bien vale una misa, Rectoría bien vale hacer de tripas, corazón, y mejor recular?

jaimelopezmartinez@hotmail.com

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