El político recto nada se arriesga en el camino y tiene poco que temer en el término
Benito J. Feijoo (1676-1764) Clérigo español
El gobernador Ramírez Bedolla tiene aún la posibilidad de salir relativamente bien librado del panorama de críticas y acusaciones por su intento de que el Congreso del Estado le autorice el próximo año un programa de reemplacamiento vehicular, con el cual se pretenden captar alrededor de 1,500 millones de pesos, pero que busca ser posicionado como una medida de “seguridad” y control de las unidades que circulan en el estado.
Hasta ahora, el mandatario se ha mostrado firme en defender dicho planteamiento, pese a que las evidencias le juegan en contra: la economía de la inmensa mayoría de los michoacanos se encuentra en crisis, producto de la pandemia y su consecuente incremento en el desempleo. Es decir, si nunca la aplicación de una medida recaudatoria como el reemplacamiento es bien vista, hoy lo es menos que nunca.
Las bancadas legislativas de oposición ya han advertido que no respaldarán el reemplacamiento, y en particular este lunes el PRI dejó en claro su rechazo, pero ya con anterioridad panistas y perredistas habían hecho lo propio. Cierto, en tratándose de diputados locales, ya se sabe que todo puede pasar, como que de última hora voten en sentido favorable al gobierno, previa transferencia bancaria a las cuentas personales, claro. Las épocas doradas del batelismo y el godoyato pueden hacerse presentes en cualquier momento.
El panorama, pues, parece decidido: dado que Morena no cuenta con los votos suficientes para garantizarle a Ramírez Bedolla la aprobación de su presupuesto tal cual lo envió, sobre todo el rubro del reemplacamiento vehicular, y de que priístas, panistas y perredistas lo votarán en contra, es inminente un descalabro gubernamental en ese sentido.
Visto así, me parece que el gobernador bien podría enmendar la plana y, desde ahora, retirar de su proyecto de presupuesto el apartado del reemplacamiento, que de cualquier forma no va a aprobarse. Bedolla no debe arriesgarse a esa bofetada en el Congreso y a que sean los diputados de oposición los que se cuelguen la medalla de haber impedido ese golpe a la economía de las familias michoacanas. Si de todas formas no pasará, el gobernador bien haría en anticiparse y retirar dicha propuesta. Claramente, hacerlo así y ahora, aún le alcanzaría para no salir mal librado del polémico episodio.
Creo que el mandatario cuenta con la suficiente sensibilidad para saber interpretar la realidad. Es cosa de días… supongo.
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