Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia…ambos por la misma razón
George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés
Sin duda, por mero sentido común debe concluirse que el peor momento para reanudar la “normalidad”, así sea la “nueva normalidad”, sería justo en la cresta de la pandemia. Pero resulta que México reinicia este lunes actividades ni siquiera en esa cresta, sino incluso antes de llegar a ella, es decir, cuando lo peor está por venir.
Imposible explicarlo, mucho menos justificarlo. No tiene un mínimo de lógica. Si las estimaciones advierten que en la segunda quincena de junio se dará la cima del fenómeno sanitario en México, ¿por qué no alargar tres o cuatro semanas el confinamiento para que la “nueva normalidad” tuviera lugar cuando la curva efectivamente iniciara la tendencia a la baja o, al menos, a la estabilidad?
Cierto, la crisis económica ya comenzó a hacer estragos y obliga a millones a poner en segundo término los riesgos de la enfermedad, pero ello podría haberse relativamente paliado con una política de estímulos fiscales para evitar el despido de personal en las empresas y desde luego con ayudas económicas durante la pandemia para las familias mexicanas durante el tiempo que durara la contingencia.
Ambas medidas no hubieran resuelto del todo el problema, pero sin duda lo habrían contenido. Empero, ya sabemos la negativa del presidente López Obrador siquiera a aceptar analizar la posibilidad de ninguna de esas dos variables, resuelto, por lo que se ve, a aprovechar la pandemia para que el número de pobres y miserables crezca, dado que así aumenta su base electoral.
Es decir, en México enfrentamos la tormenta perfecta: el peor momento con las peores decisiones gubernamentales.
Como sea, y por absurdo que parezca, el gobierno decretó el regreso a la normalidad a partir de este lunes, y para poner el ejemplo, el propio López Obrador inicia una demencial gira por el sureste de toda una semana, sin ningún argumento sólido que la justifique, solo su afán de encabezar la anarquía social.
Será, pues, un reinicio en el peor momento, pero ya es un hecho y no queda sino anteponer el sentido común por parte de la sociedad y mantener al máximo posible las medidas sanitarias de carácter preventivo.
No cabe duda que México todo lo hace mal, sólo que en este caso los yerros costarán vidas, miles de ellas. Al tiempo.
twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com