No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia
Montesquieu (1689-1755) Filósofo francés
Zoé Robledo no tiene una sola línea en su currículum que pudiera perfilarlo como un idóneo, o medianamente idóneo para el cargo de director del Instituto Mexicano del Seguro Social. Empero, sí tiene una “cualidad” que en la 4-T y si de trabajar para Andrés Manuel López Obrador se trata, es imprescindible: el leal y todas las acepciones que se le quieran dar al término, positivas y negativas.
Tan leal es Robledo, que soslaya que el PRD –con López Obrador ya como uno de sus principales líderes- haya colaborado para la caída como gobernador de Chiapas de Eduardo Robledo, padre de Zoé, en 1995, apenas dos meses después de haber tomado posesión.
López Obrador reconoce que una “virtud” de Zoé Robledo es la lealtad y por eso lo coloca en lugar de Germán Martínez al frente del IMSS, porque aquel le garantiza ser el “florero” que el michoacano no quiso ser al frente de la institución.
Robledo le garantiza a AMLO plegarse sin chistar a la política concentradora del poder del tabasqueño, y que, ya lo advirtió Germán Martínez, llevará a la desaparición de los delegados del instituto en las entidades, y que esas funciones las asuman los “súper delegados” presidenciales.
Robledo le garantiza a AMLO tragarse la dignidad y el honor, y asumir los recortes presupuestales que el presidente ha decidido y que ejecuta Hacienda en todo el sector salud, comenzando por el propio IMSS, así éste esté al borde del precipicio y con él ochenta millones de derechohabientes.
Robledo le garantiza a AMLO mantenerse en la cantaleta de que la corrupción priísta es la culpable de todos los males en este caso del IMSS, y le garantiza también no tener la osadía, como Martínez Cázarez, de llamar neoliberales las políticas presidenciales de “austeridad”.
Robledo le garantiza a AMLO encontrar el medio de justificar, y callar, que los recursos del IMSS, tanto presupuestarios como los que vaya generando, se los quite a lo chino Hacienda para irse a la bolsa que asegure el dinero suficiente para el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía, así como las becas para los holgazanes ninís.
Robledo la garantiza a AMLO encontrar siempre una justificación, un “yo tengo otra información”, cuando se le comiencen a morir los niños con cáncer por falta de recursos para sus medicamentos, lo mismo que las mujeres con cáncer de mama, los pacientes con VIH, o cuando al IMSS ya nadie quiera venderle medicamentos porque no tendrá recursos para pagar –aunque siempre estará solícito para ello el súper delegado presidencial en Jalisco.
Robledo es garantía porque es un “político”, y un político traga sapos y culebras aún si es a favor de quienes acuchillaron a su padre en Chiapas. Si eso hizo, es cosa menor adaptarse a la política depredadora de la salud de la 4T y del presidente.
Así que, sin duda, Robledo, será un excelente director del IMSS, al menos en la lógica perversa del presidente. Evidentemente, los ochenta millones de derechohabientes tendrán otra versión. Claro, los que no vayan muriendo en el camino, el camino empedrado de la 4T.
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