No hay países subdesarrollados, sino mal gestionados
Peter Ferdinand Drucker (1909-2005) Filósofo austriaco
Proporcionalmente, el sector Salud michoacano representa el mismo grado de problema financiero que el educativo.
Se trata de un fenómeno similar el que afecta a ambos renglones. Más o menos por el mismo tiempo, fueron descentralizados por el gobierno federal con un propósito parecido: que los gobiernos estatales participaran en la prestación de los dos servicios, en coadyuvancia con el federal. Y en teoría, éste canalizaría los recursos presupuestarios suficientes a las administraciones locales para que cubrieran su aportación.
En general, tanto en educación como en salud las cosas caminaron razonablemente bien en la primera etapa, por allá en los años ochenta. Pero no pasó mucho tiempo para que las cosas se complicaran cada vez más, por dos factores fundamentales: primero, porque la Federación no aumentó su participación financiera en la proporción que crecía la población a atender, al contrario, cada vez la fue disminuyendo, y dos, que los gobiernos estatales comenzaron a ser rehenes de los sindicatos de ambos sectores, y autorizaron, con preocupante frecuencia y medida, bonos y prestaciones de diversa índole, que como no estaban incluidos en el catálogo nacional, absorbían ellos en su presupuesto doméstico.
Y si bien el problema se presentó prácticamente en todos los estados, hay algunos, como Michoacán, en donde se registró a niveles auténticamente caóticos, que significaron una sangría de dinero que tenía que derivar, sí o sí, en una quiebra financiera.
Hoy se dice que no hay que buscar culpables, sino soluciones. Debieran buscarse las dos cosas, sin duda. Pero al menos una eventual salida parece próxima para Michoacán, con la aceptación presidencial a la devolución de los servicios educativos y con el proceso ya iniciado para que la Federación reincorpore para sí el manejo de los sistemas y políticas de Salud.
A la vista está una especie de puerta de salida para el gobierno estatal, que si bien verá reducida la participación financiera a partir del próximo año, en virtud de que obviamente todos los recursos etiquetados para Educación y Salud ya no se canalizarán, aun así es evidente que le significará un respiro, al menos, en sus muy alicaídas finanzas.
Es deseable que se tome nota de la amarga experiencia por la que pasó Michoacán en ambos rubros, para que no se vuelvan a repetir los factores que llevaron a la quiebra al estado. Ah, y si es no es mucho pedir, que se castigue a los culpables, del lado gubernamental y del lado sindical. Veremos.