Camaradas, el capitalismo es la explotación del hombre por el hombre; el sindicalismo es lo contrario
Coluche (1944-1986). Humorista y político francés
El señor Eduardo Tena ha recibido un gancho al hígado, un porrazo que le ha pegado en la línea de flotación: la justicia federal le negó el amparo que solicitó para evadir la obligación que tiene de rendir informes públicos de los recursos financieros que su sindicato, el Único de Empleados de la Universidad Michoacana, maneja, aunque para decirlo con más propiedad, que él maneja de manera personalísima y discrecional.
Hay que recordar que hace tres años opera la Ley General de Transparencia, con aplicación en todos los estados de la república. A través de ella, no sólo las entidades gubernamentales y descentralizadas, así como organismos independientes, sino también los sindicatos y todos los organismos públicos o privados que reciban dinero oficial, están obligados a rendir informes públicos sobre el recurso que reciban, incluyendo el relativo a las cuotas y aportaciones de sus integrantes.
La disposición, huelga aclararlo, cayó como balde agua helada en los sindicatos, mejor dicho, en sus líderes, acostumbrados a la opacidad y a manejo discrecional, las más de las veces corrupto, del presupuesto. Los líderes sindicales siempre han supuesto que el hecho de serlo los vuelve en automático propietarios de su gremio y obviamente han sido renuentes a cumplir tal disposición de rendición de cuentas, porque crecieron y se hicieron en el fango y el lodazal de la corrupción. No entienden por qué diablos deben informar a sus agremiados sobre el manejo del dinero, mucho menos hacerlo público.
Fiel representante de ese sindicalismo rancio, corrupto, Eduardo Tena se negó por supuesto a acatar la disposición de transparencia y tramitó el correspondiente amparo, mismo que recién ha sido negado, afortunadamente, y ahora se supone que no le quedará de otra que exhibir públicamente los estados financieros de su sindicato, cuánto ingresa y egresa, de dónde proviene y en qué se invierte.
Y digo que “se supone” que estará obligado a ello, porque es muy probable que Tena prefiera pagar los más de cien mil pesos que le significaría la sanción que la autoridad en transparencia le aplicaría en ese supuesto de desacato, antes que alinearse.
Chango viejo, dicen, no aprende maroma nueva. Líder acostumbrado por años a la opacidad, no aprende nada de transparencia. Al tiempo.