La moral se esgrime cuando se está en la oposición; la política, cuando se ha obtenido el poder
José Luis López Aranguren (1909-1996) Filósofo español
La Gendarmería Federal, dependiente de la Policía Federal, se retira de Morelia, de Michoacán en general. ¿Y?
Así, de entrada, bote pronto, parecería una noticia negativa, preocupante incluso. ¿Cómo que se van los gendarmes?, ¿qué acaso están resueltos los temas de inseguridad en la entidad? Ya sabemos que no.
Y entonces, ¿por qué se van? La respuesta no tiene que ver por supuesto con que no se necesiten, porque la inseguridad y la violencia siguen como siempre, es decir, a la orden del día. Pero seamos honestos: ¿es que alguien alguna vez sintió los efectos positivos de la presencia de esos policías aquí? Puede haber quien sí, quizá, pero en todo caso el común o la generalidad de los michoacanos, estoy seguro que no.
O planteado de otra forma: si se van los gendarmes no pasará nada, porque simple y sencillamente nunca se sintió su presencia. Francamente no sé qué hicieron durante los meses o los años en que supuestamente estuvieron aquí, acantonados. Por tanto, que ya no vayan a estar, tampoco significará ningún cambio.
Supongo que el gobierno estatal, y menos el municipal, ya no tuvo recursos financieros para mantener a esos efectivos –alrededor de cien-, porque no hay que olvidar que son los gobiernos locales, sean estatales o municipales, los que deben pagar por tener a policías federales “alquilados” en casa. Así lo reconoció el ex gobernador Salvador Jara Guerrero, en charla informal con reporteros hace alrededor de un año: los efectivos federales no son enviados como una ayuda gratuita del gobierno de la república; no, van a un estado o un municipio donde hay recursos financieros para “contratarlos”.
Pero sea por falta de dinero o por la razón que haya sido, el caso es que los gendarmes se van. Insisto, no pasa nada, de todos modos no aportaban nada. Lo que sí es un hecho es que el gobierno del estado debe acentuar sus propias estrategias contra la violencia y la inseguridad. No digo que los municipales, porque en todo caso éstos ya no disponen de cuerpos policiacos.
En síntesis, si con gendarmes aquí los gobiernos estatal y municipal debían rascarse de todos modos con sus propias uñas, ahora con más razón. Veremos.
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