Cuando no tomas una postura en contra de la corrupción, tácitamente la apoyas:
Kamal Haasan (1954-?) Político hindú
No hay duda de que el gobierno de Donald Trump va en serio contra los políticos y gobernantes mexicanos coludidos con cualquier vertiente del crimen organizado.
Hoy hay verdadero terror en las filas cuatroteístas, porque la guadaña yanqui se apresta a comenzar con la poda.
Cierto, la vinculación de políticos con criminales no es nueva ni se ciñe a los de la 4T, pero es evidente que con ellos en el poder se generalizó sin rubor ni recato alguno.
Supusieron que mientras estuvieran en el poder tenían garantizada la impunidad. Y de hecho así ha sido con López Obrador y con Claudia Sheinbaum, pero esa garantía aplica sólo en territorio nacional.
Trump no quita el dedo del renglón de tratar de convencer a su homóloga mexicana de enviarle como apoyo contra los narcos a sus fuerzas armadas. No las ocupamos, cooperación sí, pero no sumisión, repite como mantra Sheinbaum cada vez que Trump le ofrece ese apoyo.
Es claro que el residente de la Casa Blanca ha ido subiendo de tono en sus ya continuas ofertas de ayuda al gobierno de la 4T, pero como éste no da su brazo a torcer, ha decidido elevar la apuesta y comenzar por el eslabón más débil: el retiro de visas, como una señal de fuerza y de control. Y el segundo paso será sin duda la difusión de las listas elaboradas por el secretario de Estado, el poderoso Marco Rubio, con los nombres de los políticos mexicanos a los que acusa de ligas con el narco.
Y si nada de eso funciona, vendrá el tercero y definitivo paso: la detención de narco políticos.
Sí, tarde y desde fuera, que no es lo ideal, pero comienza a generarse por fin una fundada preocupación en las filas de la 4T, porque el panorama es absolutamente incierto. Hoy todo mundo, de gobernadores hacia abajo, tiene la certeza de que Trump no esta blofeando. Es cosa de esperar sentados y se corroborará. X@jaimelopezmtz