La política debería ser la profesión a tiempo parcial de todo ciudadano
Dwight Eisenhower (1890-1969) Presidente de Estados Unidos
Abraham Sánchez está obligado a denunciar legalmente a Juan Manuel Macedo Negrete. Éste le acusa de corrupto pero en grado extremo: dijo que, «presuntamente», Sánchez vendió su candidatura a gobernador a Morena, en la friolera de 25 millones de pesos.
El empresario nunca hizo click con Macedo. La invitación para que aceptara la candidatura a gobernador por Redes Sociales Progresistas, provino directamente de la dirigencia nacional, contra la voluntad de Macedo, quien por ello desde el inicio de las campañas se dedicó a torpedear a su propio candidato.
Y apenas el viernes anterior anunciaba Sánchez su declinación en favor de Alfredo Ramírez Bedolla, el candidato morenista también a gobernador, y de inmediato Macedo se lanzó a la yugular: primero desdeñó la decisión del empresario y luego, dos días después, lo acusó de haber vendido su candidatura en 25 millones y de negociar con Ramírez Bedolla su inclusión en el eventual gabinete del morenista.
Solo Ramírez Bedolla y el propio Abraham Sánchez saben si tamaña acusación es real o no. Si el empresario calla, deberá inferirse que lo es; caso contrario, el ahora ex candidato estaría obligado a demandar legalmente a Macedo Negrete por calumniarle. Un señalamiento de ese tipo no puede quedar enterrado, y pretender hacer como que no pasó nada. A Sánchez, Macedo le está llamando corrupto en grado superlativo. ¿No hará nada el aludido?
Ni siquiera en la política, la actividad más sucia que hay, solo detrás de la criminalidad, cabe la posibilidad de que una acusación de ese monumental tamaño, pase desapercibida. La moral y la ética, aunque no lo parezca, son prendas que también los políticos debieran tener presentes. Veremos de qué está hecho el empresario Sánchez Martínez. El que calla, otorga.
