Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador; todos los demás son perdedores
Winston Churchill (1874-1965) Político británico
Evidentemente, Hipólito Mora tiene razón: para el gobierno, la pandemia ha sido, intencionalmente o no, un pretexto perfecto para desentenderse aún más del rubro de la criminalidad y de las actividades de los cárteles delincuenciales, que si antes de esta emergencia sanitaria ya dominaban al país, hoy la han aprovechado para ensanchar más todavía sus redes de poder y su ámbito de influencia.
El líder de autodefensas de la tierra caliente enfatiza, en declaraciones a RESPUESTA, que la contingencia de salud sólo ha sido una excelente justificación para que el gobierno, en sus diferentes niveles, pero obviamente sobre todo el federal, que es el principal responsable de la lucha contra el crimen organizado, siga sin volver la vista a la actividad delincuencial.
Cierto, ahí sí podemos decir que al gobierno federal le cayó como anillo al dedo la pandemia, aunque suene crudo, porque hoy, cualquier señalamiento en el sentido de que no se combate al crimen organizado, como efectivamente no se está combatiendo, puede rebatirse bajo la salida de que primero es la pandemia y luego todo lo demás.
El problema es que cuando no había pandemia, de todos modos no había la menor acción gubernamental en contra de los criminales. Más aún, ya se sabe que la política oficial es no combatirlos, es rogar por su arrepentimiento y si por equivocación se llega a detener a algún capo, soltarlo bajo el pretexto de que hay que evitar baños de sangre. Y ahí está el claro ejemplo de Ovidio Guzmán, por si alguien ya lo olvidó. Hoy, con pandemia de por medio, el gobierno tiene la coartada perfecta para hacer lo que mejor le sale: dejar hacer y dejar pasar a los criminales.
Éstos, por tanto, siguen a sus anchas, incluso ahora sacando su careta de ovejas y regalando despensas en zonas pobres del país, sin el menor empacho y a la luz del día. Ni hablar de que han aumentado su presencia en ejecuciones, secuestros, extorsiones, ataques a policías y militares, cobro de piso.
Por eso veremos que cuando la contingencia pase, que esperemos sea lo más rápido posible, para la actividad criminal nada cambiará. En todo caso para el gobierno se le acabará el pretexto de no combatirla, aunque tampoco es que cambien mucho las cosas: con y sin pandemia, no hay gobierno en el tema de la criminalidad.
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