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martes, agosto 5, 2025

SÍ, PUDIERON SER MUCHAS MENOS MUERTES

La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado

Montesquieu (1689-1755) Filósofo francés

 

jaimelopez¿Cuántas de las más de 222 mil muertes por covid registradas oficialmente en México –al menos 350 mil, si nos atenemos a las que el Inegi contempla como fallecimientos “de más” en los últimos catorce meses-, pudieron ser evitadas con una política gubernamental humanista, solidaria con la población? O planteado de otra manera, ¿cuántas de esas muertes pueden ser atribuidas al presidente López Obrador?

Imposible establecerlo con claridad porque, obvio, el “hubiera” no existe, menos en un escenario donde es imposible revertir o reiniciar ninguna acción, dado que hablamos de pérdida de vidas humanas. Pero la UNAM, a través de su facultad de Medicina, ha elaborado un estudio que en mucho puede ayudar a dar luz al respecto.

Dice la UNAM que 94 de cada cien mexicanos que han muerto por covid, eran de baja escolaridad, de un nivel socio económico precario, vinculados a trabajos manuales y operativos, como empleados, choferes, vendedores ambulantes, pequeños comerciantes, jornaleros agrícolas, además de amas de casa, jubilados y pensionados.

Esas condiciones implican dos cosas: primero, que al enfermarse casi ninguno de ellos tuvo oportunidad de ser atendido en hospitales particulares y, en el mejor de los casos, tuvieron que acudir a los públicos, que han tenido porcentajes de mortalidad mucho más elevados que los privados por falta de camas, insumos, medicinas, equipo y personal médico suficiente.

Pero la conclusión más importante del estudio de la UNAM, sin duda, es que se trató de mexicanos que no tuvieron oportunidad de quedarse en casa durante los meses críticos de la pandemia, simple y sencillamente porque era salir a trabajar o no tener para comer. Punto.

Ambos factores deben ser atribuidos directamente al gobierno federal. Si éste hubiera destinado los recursos de toda índole para garantizar la mejor atención en los hospitales del IMSS, del ISSSTE y de la Secretaría de Salud, evidentemente el número de decesos hoy sería mucho menor. Y, sobre todo, si el gobierno hubiera aplicado una política humanista, canalizando dinero a las familias de todos esos trabajadores para que no se vieran forzados a salir a la calle a ganarse la comida, dinero que al menos garantizara la subsistencia básica durante algunos meses, claramente la cifra de muertos hoy sería infinitamente menor.

Por eso, aunque sea imposible precisarlo a detalles, pero el estudio de la UNAM sí permite suponer razonablemente que con una política pública más solidaria con la población por parte del presidente López Obrador, otro escenario habría hoy en México, no el cementerio en que el país se ha convertido. Por supuesto muchas muertes han sido inevitables en todo el mundo, pero es claro que la dantesca realidad no era inevitable en México. Sí pudimos haber tenido otro destino durante la pandemia. López Obrador deberá responder en algún momento por qué no fue un presidente solidario y humanista. Un presidente al que, al menos, le corra sangre por las venas. Las cosas, como son.

twitter@jaimelopezmtz

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