Nadie puede adoptar la política como profesión y seguir siendo honrado
Louis McHenry Howe (1871-1936) Periodista norteamericano
El tufo dictatorial de la 4T volvió a hacerse presente, pero afortunadamente a alguien, supongo que a Andrés Manuel López Obrador, le cayó el veinte y se reculó a tiempo.
Por decisión gubernamental, muy al estilo de Venezuela o Cuba, todos los canales de televisión pública, es decir, los del propio gobierno o de universidades oficiales, debían transmitir algo así como ocho horas seguidas las actividades culturales con motivo de la celebración del inicio de la guerra de Independencia, para rematar con “El Grito”, el próximo domingo. En tanto, las televisoras privadas tenían la instrucción de sumarse a la transmisión las últimas dos horas.
La Secretaría de Gobernación ya había girado las instrucciones a ambos tipos de televisoras, bajo el amparo de que la ley en la materia le da la facultad al Gobierno de formular ese tipo de órdenes cuando se trate de dar a conocer algún asunto de interés y relevancia para todo el país. Y como la 4T supuso que el festival cultural y El Grito son un asunto de interés y relevancia nacional, pues se giró dicha instrucción.
Pero alguien se dio cuenta del desliz que estaba a punto de cometerse, de lo absurdo y del exceso de la medida, de su toque dictatorial muy parecido al que con frecuencia hacen los tiranos que gobiernan Venezuela y Cuba, y finalmente se ha cancelado la transmisión obligada de ocho horas en todas las televisoras. Ahora quedará sólo la orden de difundir los 45 minutos de la ceremonia de El Grito y los juegos pirotécnicos posteriores.
Supongo que fue el mismo presidente López Obrador el que alcanzó a vislumbrar lo contraproducente que sería que el domingo se le emulara a Nicolás Maduro o a Fidel Castro, y por ende habría dado marcha atrás.
Como sea, la intentona original de poner todas las televisoras al servicio del presidente, sobre todo en un evento absolutamente irrelevante, que a escasísimo público le genera algún grado de interés, y que sólo serviría para el “culto al rey”, habla por sí sola del tufo dictatorial de la 4T. Tufo, en esta ocasión, contenido a tiempo no porque se entendiera el abuso de la medida absolutamente antidemocrática, sino por conveniencia de imagen, pero que de cualquier forma ilustra el espíritu autoritario de la 4T. ¡Aguas!
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