No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace una revolución para establecer una dictadura
George Orwell (1903-1950) Escritor británico
Ante la falta de claridad por parte de Televisión Azteca y de su dueño, Ricardo Salinas Pliego, respecto de la oficialización de la venta o el traslado del equipo de futbol Monarcas de Morelia a Mazatlán, una intensa polémica se ha desatado sobre todo en redes sociales, en torno a la intervención o no de los gobiernos en el negocio del futbol.
Ello, porque no son pocos los aficionados, y otros que quizá no lo sean pero igual están en su derecho de opinar, que plantean la necesidad de que Silvano Aureoles ofrezca mejores condiciones económicas al empresario para que el equipo se quede en casa.
Aureoles, injusto sería negarlo, es un negociador de altos vuelos en la política, y es factible que si el traslado del equipo no es aún definitivo, pudiera intervenir para negociar con Salinas Pliego. El punto es delimitar qué significa “negociar”.
Si por ello entendemos que ofrezca volver a darle los casi cincuenta millones de pesos que los anteriores gobernadores regalaban al equipo por temporada, en una especie de extorsión al gobierno para que el empresario no se llevara el espectáculo a otra parte, entonces Aureoles no debe caer en ese error.
Es válido que el gobernador michoacano realice un último esfuerzo de negociación con la empresa, buscando, si aún es posible, que el equipo se quede en Morelia, por la importancia y el impacto social y económico que tiene el futbol profesional en cualquier lugar del mundo. Pero su negociación debe tener por límite no comprometer recursos presupuestales, no solo porque así caería en el chantaje y la extorsión de TV Azteca, sino porque es ilegal e inmoral, más en estos momentos de crisis sanitaria y económica.
Puede extender el préstamo del Estadio Morelia y demás instalaciones deportivas propiedad del gobierno; puede condonar el pago de impuestos o servicios que genere el espectáculo del futbol profesional y gestionar con el alcalde Morón lo propio a nivel municipal. Pero queda claro que hasta ahí. Si eso no es suficiente, o no llena las ambiciones de TV Azteca y de su dueño, ni nodo, entonces que se lleve el equipo a donde quiera, a donde sí le den canonjías adicionales, sobre todo las del dinero regalado cada año. Mucho me temo que en ese sentido Aureoles no tiene con qué competir con su homólogo de Sinaloa, que parece dispuesto a derrochar parte del presupuesto con tal de tener equipo de primera división en Mazatlán. Si eso le exige Salinas a Aureoles, éste debe negarse, ahí debe concluir su negociación. Más, insisto, sería inmoral e ilegal. Punto.
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