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viernes, julio 26, 2024

SIMULACIÓN, A VALORES ENTENDIDOS

Es cosa fácil ser bueno, lo difícil es ser justo

Víctor Hugo (1802-1885) Poeta francés

En Morena juegan a que son las encuestas el método de selección de candidatos a cargos de elección popular. Ninguno de éstos lo cree, pero todos fingen que sí. En realidad, todos saben, dentro y fuera del partido, que aplica el infalible dedazo.

Pero que todos finjan demencia no elimina las consecuencias de ese juego, al contrario, en no pocos casos las exacerba. Es el caso michoacano con la definición de las candidaturas al Senado. De suyo complicada la elección, porque muchos son los suspirantes pero solo dos los elegidos, aparentar que la base de la decisión son encuestas profesionales ha puesto en jaque a los mandos morenistas y acentuado las diferencias entre los aspirantes, sobre todo en el caso de los varones.

Ya lo advertíamos hace una semana: el encono entre los dos principales aspirantes, Raúl Morón y Carlos Torres Piña, ha llegado a tal nivel que es altamente probable que en el ámbito nacional, donde se toman las decisiones importantes, se vaya por el tradicional tercero en discordia, que en este caso sería el diputado del Verde, Ernesto Núñez, como aliado del morenismo.

Y este lunes la historia pareció tener un nuevo giro: el portal politicaonline publicó que en reunión de este fin de semana de Claudia Sheimbaum con los gobernadores y aspirantes a serlo por su partido, Gerardo Fernández Noroña tuvo el “yerro” de anticipar el resultado de la encuesta para la selección de candidatos a senadores, y habría dicho que en el caso michoacano el ganador era Torres Piña.

Empero, el propio Noroña subió al mediodía un video a redes sociales, para aclarar que nunca dijo tal cosa, sino que a su entender ni siquiera debiera haberse organizado encuesta en Michoacán para elegir candidato a senador, dado que en Morena se tiene una deuda con Raúl Morón, al haberlo bajado de la candidatura a gobernador en 2021.

Pero esos dimes y diretes son consecuencia directa de que en Morena se siga jugando al método supuestamente democrático de que una encuesta defina candidaturas. En estricto sentido, no es mecanismo desdeñable, si en efecto se hablara de encuestas de verdad, pero el problema radica en que todo es una simulación: solo hay una encuesta, la del dedazo histórico, que en ese partido encuentra más vigencia que nunca. Cierto, todos los aspirantes saben el juego en que participan, todos aceptan las reglas, así que nadie puede decirse engañado ni sorprendido. La simulación, a valores entendidos.

Y a la pesadilla ya solo le quedan 294 días.

X@jaimelopezmtz

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