En política el vencedor es quien tiene razón
Alphonse Karr (1808-1890) Periodista francés
En lo que parece otra puntada, otra medida sin ton ni son del gobierno federal, la Secretaría de Educación Pública ha anunciado que analiza el cambio de modelo de la educación básica, para que en lugar de grados, se implementen “fases” de aprendizaje entre los niños.
Así, la primera fase sería para la educación inicial, de cero a tres años de edad; la segunda para lo que hoy conocemos como preescolar; la tercera lo que es hoy primero y segundo grado de primaria; la cuarta, tercer y cuarto grado; la quinta contemplaría la educación de quinto y sexto grado, y la sexta fase lo que son los tres años de secundaria.
La justificación de la SEP para aplicar dichos cambios, es un rosario de eufemismos y rollo demagógico: habrá diferentes oportunidades como dedicar mayor tiempo a los procesos cognitivos, sociales y culturales de los estudiantes, además de ofrecerles mayores oportunidades de aplicar, integrar, modificar, profundizar, construir o acceder a nuevos conocimientos. Se podrá priorizar la planeación, el seguimiento y evaluación del trabajo entre docentes, con la finalidad de que se puedan realizar ajustes de acuerdo con los avances de los alumnos, lo que favorecerá el desarrollo de habilidades, capacidades y apropiación de saberes que les permitan continuar con su trayectoria escolar, además de promover una perspectiva más amplia e integral de los planteamientos, así como darle sentido a la explicación de los temas, y que los alumnos puedan comprender, aplicar e incluso explicar lo que aprenden en los cursos en distintos campos de formación.
Lo que sea que todo lo anterior signifique.
Si este gobierno se caracterizara por tomar decisiones y políticas públicas basadas en la ciencia, en el conocimiento de los expertos, vaya, al menos basadas en el sentido común, podría dársele el voto de confianza al cambio de formato que proyecta la SEP. Pero en salud, finanzas, ecología, desarrollo económico, seguridad y un larguísimo etcétera, todo en el gobierno lopezobradorista es improvisación, amateurismo, todo es hecho sobre las rodillas, difícil encontrar algo profesionalmente bien diseñado, algo, algún programa, lo que sea. En educación es lo mismo, por lo que ya en el cuarto año del sexenio no puede darse el beneficio de la duda, ya está probada la incapacidad del gobierno para hacer algo bien. Ni hablar, no es estigmatizar sin fundamento, es que la maldita realidad y los hechos así lo confirman.
Por ende, y a reserva de escuchar a los expertos, todo se perfila para una nueva puntada del gobierno, más en una dependencia, como la SEP, encabezada por una maestra sin mayor mérito que ser leal al presidente. Lo de cambiar grados por fases educativas podría, en cualquier otro momento, ser recibida como decisión favorable a la formación de los niños.
Pero perdón, es la 4T, lo que equivale a fracaso seguro. Sí, admito que no expongo ninguna argumentación al respecto, porque esperaré a escuchar a los expertos. Pero, insisto, es 4T y a la 4T todo le sale mal. Cambiaré de opinión si alguien demuestra alguna medida eficaz en este gobierno. Ni hablar, los hechos obran en contra del gobierno. Twitter @jaimelopezmtz