Bajo el capitalismo el hombre explota al hombre; bajo el comunismo es justo lo contrario
John Kenneth Galbraith (1908-2006) Economista canadiense
Dicen, y dicen bien, que sobre aviso no hay engaño. Ya fuimos avisados de que sería inevitable una tercera ola de casos de contagio por covid en México si no acentuamos los protocolos preventivos, y lejos de eso, los relajamos. En lugar de apretar el paso, aflojamos.
No es fácil entender el comportamiento social, pero sí lo es augurar lo que vendrá a partir de la segunda quincena de abril: un aumento dramático de casos por dos fenómenos principales, la Semana Santa y el inicio de las campañas electorales en todo el país.
Las imágenes de miles de automovilistas haciendo fila para salir a los destinos turísticos todo el fin de semana anterior, son escalofriantes, como lo son las de antros atiborrados y estadios de futbol ya con aficionados, o templos saturados de feligreses. Ninguna de esas actividades, esenciales. En todos los casos, abundan los pretextos para justificar la presencia masiva de personas.
Pero igual de espeluznante es ver a candidatos a cargos de elección organizando acarreo de simpatizantes para que acudan al registro ante la autoridad electoral, y peor aún, que a estas alturas, a escasos días del inicio de las campañas electorales, ni el INE ni los organismos electorales estatales hayan tomado medidas drásticas para prohibir eventos masivos de los partidos y sus candidatos. Todo se ha reducido a catálogos de buenas intenciones, pero nada que limite la inconsciencia de los políticos, que en aras de obtener el poder no se tocarán el corazón aún si ponen en riesgo la salud de ellos y de los convocados a actividades partidistas.
La suma de esos dos eventos augura una primavera de terror en términos de contagios y muertes en México. El problema es que ya lo sabemos, ya la vemos venir y encaramos, gobierno y sociedad, con absoluta irresponsabilidad e indiferencia el riesgo.
Después, sólo nos quedará llorar. Si no, al tiempo.
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