Cambia tus pensamientos y cambiarás tu mundo:
Norman Vicent Peale (1898-1993) Escritor estadounidense
El atentado contra futbolistas de la Liga Municipal de Fútbol, no solo evidencia la pasmosa facilidad con que cualquier persona está expuesta a perder la vida en este país, en el momento y la circunstancia que sea, sino también refleja nítidamente la banalización y la “normalización” de la violencia entre la sociedad. Y una sociedad indiferente a la criminalidad, se vuelve cínica, paso definitivo para franquear el paso sin chistar a una dictadura fáctica.
Es indignante que mientras seis jóvenes futbolistas eran atendidos en el campo de fútbol número 15 de la unidad Cuauhtémoc Cárdenas, luego de ser agredidos con armas de fuego, y uno de ellos debatiéndose ahí mismo entre la vida y la muerte, con un balazo en la cabeza, en las canchas contiguas apenas los deportistas pararon un momento al escuchar los disparos, pero a los pocos minutos ya estaban de vuelta en sus respectivos partidos, jugando como si no pasara nada, celebrando goles como si todo transcurriera como un domingo cualquiera.
Eso es justamente lo aterrador: los partidos no se suspendieron, todo siguió “normal”, y eso precisamente es lo que el poder público ha tratado sistemáticamente de enraizar en nuestra sociedad: la normalización de la violencia.
A falta de resultados para mejorar el nivel de seguridad, cuando no por colusión y protección de los criminales, el poder público prefiere que los ciudadanos acepten que la violencia y la inseguridad es inherente a la vida misma en sociedad. Busca que no nos alarmemos porque en una lonchería ejecutan a dos comensales, porque en un antro asesinan a mansalva a tres, porque un niño muere al explotarle una mina, y que no nos alarmemos porque en una cancha de fútbol disparan impunemente contra los deportistas a las 9 de la mañana de un domingo y frente a unas cinco mil personas que atiborraban las cuarenta canchas en la misma unidad. Visto así, se ha logrado el objetivo de hacer pasar todo eso como “normal”, lo que evidencia el triunfo de esa política pública y nuestro fracaso como sociedad: si un episodio así no logra siquiera que se suspendan los partidos de fútbol, y no empuja a que siquiera por elemental solidaridad el resto de jugadores no acuda en masa a las oficinas de la Policía y de la Fiscalía, ubicadas a doscientos metros del atentado, a exigir la detención de los agresores y un alto a la violencia desbordada, francamente no tenemos derecho a reclamar nada.
La violencia, menos la violencia letal, no puede bajo ninguna circunstancia esconderse como se esconde la basura debajo de la alfombra. Pero es claro que el gobierno prácticamente ha ganado la batalla: veas lo que veas, sufras lo que sufras, tú haz como que no pasa nada, no te indignes y procede a realizar tu vida normal, eso sí, si hay un muerto, hazlo a un lado y adelante, que todo es “normal”. Claro, si las penas con pan son menos, la criminalidad con una beca o pensión, es nimia.
¡Qué vergüenza de sociedad! X@jaimelopezmtz
