Ser bueno es fácil; lo difícil es ser justo
Víctor Hugo (1802-1885) Novelista francés
Cerrado el plazo –la noche de este jueves- para que el Congreso del Estado recibiera las solicitudes de quienes aspiran a ser designados Fiscal General del Estado, un total de treinta y cinco personajes se registraron.
De ese conjunto, los diputados deberán elegir una lista de diez, que será enviada al gobernador; éste designará una terna y la devolverá a los legisladores, que se tendrán que basar en ella para formular la elección definitiva de Fiscal.
Huelga advertir la relevancia del proceso. Sin duda, dos son los temas que se perfilan desde ya como los más relevantes que encarará la 74 Legislatura, y cuyo resultado la marcará: esos temas son el de la Fiscalía y el otro el de la Auditoría Superior.
Por lo pronto, el primero ya entró en su etapa de definiciones, con el cierre del plazo para recibir solicitudes. En la lista de treinta y cinco aspirantes, abundan los abogados nicolaitas, más vinculados a la tarea docente, y algunos pocos son personajes de la vida política y pública, como Adrián López Solís, José Martín Godoy Castro, Guillermo Valencia, Ignacio Mendoza Jiménez, Miguel Ángel Arellano, Miguel García Hurtado, Víctor Serrato Lozano, entre algunos más.
Después del gobernador, sin duda el de Fiscal será el cargo público estatal de mayor relevancia, lo que obliga a una designación pulcra, sin sombra de duda por parte de los diputados. La pregunta hoy, es qué perfil debe prevalecer: si el de un académico, de un policía o de un político.
Siendo importantes los tres aspectos, es evidente que lo realmente fundamental es la solvencia moral para ejercer como Fiscal. Los michoacanos no queremos un acreditado académico, ni un osado policía, como tampoco un avezado político. Si el designado reúne esos factores, bien, pero lo relevante, insisto, es que queremos un fiscal en el que confiemos, que genere credibilidad, que sepamos que está del lado de la sociedad, no de ningún grupo delincuencial. Vaya, incluso no es tan trascedente si hay un fiscal “carnal”, porque al final de cuentas a cualquiera se le podrá endilgar la etiqueta, siempre que cumpla el requisito sine qua non: la solvencia moral.
Los diputados deben excluir esta designación de su procedimiento ordinario de repartición de posiciones. La relevancia del cargo les obliga, al menos en este caso, a no considerar a qué bancada le corresponde la designación. La misma nueva ley no es tan relevante como el perfil del fiscal. Veremos cómo responden los legisladores ante su prueba de fuego más importante.
jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>
