Todos somos muy ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán
Preocupante, por decir lo menos, que prevalezcan escenarios de violencia contra personal médico en medio de la pandemia. Lo sucedido este lunes en Ahuiran, tenencia del municipio purépecha de Paracho, es resultado, sí, de la ignorancia que lamentablemente aún campea en todo el país, cierto, pero que se agudiza en zonas rurales e indígenas, como también del combustible con el que desde el poder público a diario se atiza la hoguera del fanatismo.
Un respetable médico de ese pueblo ha tenido que salir huyendo, luego de que estuvo a punto de ser linchado por una turba de ignorantes que le acusaban de la muerte de un habitante del lugar, al que el galeno diagnosticó como posible enfermo de Covid, le recetó un anti inflamatorio solo como paliativo, pero ordenó a la familia que lo trasladara a la clínica del IMSS, lo que no ocurrió y a las pocas horas fallecía en su domicilio. La Policía intervino afortunadamente, pero el médico y su familia tuvieron que huir del pueblo, convencidos de que el fanatismo de los habitantes les llevaría a volver a agredirlo.
Por una parte, es claro que se trata de una evidencia de la ignorancia en que sigue sumida buena parte de nuestra población, fenómeno que se acentúa en zonas de tanta marginación como la meseta purépecha. En realidad, esa gente es víctima de un modelo que ha sido incapaz de sacarla de ese estado de pobreza en todos sentidos.
Pero también es claro que si desde el púlpito mañanero el presidente López Obrador, un día y otro también, ha insistido desde que inició la pandemia en desdeñar la ciencia y apelar en cambio a “protecciones” no terrenales, pues no pueden esperarse sino reacciones como las que tuvieron lugar este lunes en Paracho.
En lugar de reconocer como héroes a los médicos y enfermeras en esta pandemia, como hacen todos los presidentes civilizados del mundo, López Obrador les llama corruptos. En lugar de advertir sobre la gravedad del fenómeno de salud, el presidente lo ha minimizado llamando a la gente a hacer lo propio. En lugar de respetar protocolos preventivos, los desdeña. La combinación de un presidente ignorante y una población igual, no puede dar otro resultado que situaciones tan lamentables como la vivida en Paracho. Perdón, pero así es. No hay otra explicación.
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