De hecho, hay dos cosas: ciencia y opinión; el primero engendra conocimiento, el último ignorancia
Hipócrates (460 aC-370 aC) Médico griego
Contrario a todos los demás países que igualmente están enfrentando el fenómeno de la pandemia del Covid-19, en donde invariablemente el gobierno central define una política pública en materia de salud, y la misma tiene carácter nacional y de ella se desprenden las acciones que a nivel local se implementan, en México, y para no variar, vamos en sentido contrario.
Y es que lo obvio era que el gobierno lopez obradorista definiera la estrategia de contención del corona virus, y los estados y municipios, así como los sectores privados y social, y la ciudadanía en general, se ajustaran, la acataran y la llevaran a la práctica. Pero ya se sabe que por aversión personal del presidente López Obrador a seguir cualquier dictado de los profesionales, en este caso en materia de salud, así sean parte de su mismo gobierno, no hay, ni parece que habrá, estrategia alguna en ese sentido. Aquí todo se reduce a un acto de fe, de que el amado líder, el que habla con Dios, nos dice que no pasará nada, y por tanto no pasará nada. Dudar de él, es blasfemia.
Luego entonces, los gobiernos locales y los sectores privados están tomando la iniciativa por su propia cuenta, afortunadamente. No es lo ideal, porque no hay unificación de medidas, pero sería peor que la irresponsabilidad presidencial irradiara a los gobernadores y alcaldes.
Así, la mayor parte de éstos, incluidos Silvano Aureoles y Raúl Morón, dispusieron por su cuenta las medidas integrales necesarias para tratar de reducir los riesgos de proliferación del virus en la entidad y la capital de ella, respectivamente. De haber esperado una estrategia nacional, hubieran sido igual de irresponsables que López Obrador. Afortunadamente no fue así, y en ambos, Aureoles y Morón, se impuso el sentido común y la responsabilidad gubernamental.
Y ni hablar de los sectores social y privado, que igualmente por su cuenta han tomado decisiones lógicas, como el cierre de escuelas, de empresas, etcétera.
Es decir, la peligrosa irresponsabilidad presidencial está siendo afortunadamente rebasada por los demás sectores. Vaya, ya ni siquiera el sector salud federal está siendo tomado en cuenta, con eso de que el subsecretario Hugo López Gatell cayó también en la locura de su jefe el presidente, al que incluso le dio patente de inmunidad contra el coronavirus. Ya habíamos perdido al presidente, ahora tampoco contamos con su gabinete de salud. Ni hablar, ahora a actuar por cuenta propia. No es lo ideal, pero, insisto, peor sería sumarse a la locura cuatroteísta.
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