El tirano reclama vino dulce de las uvas ácidas
Khalil Gibran (1883-1931) Poeta libanés
No son pocos los agremiados al Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana, que están conscientes de que es imprescindible modificar el régimen de jubilaciones y pensiones, a fin de aportar parte de su salario al fondo del mismo, y que éste no se recargue exclusivamente en el presupuesto de la institución.
Ya se sabe que la crisis financiera de la Universidad tiene que ver, en su mayor parte, por el hecho de que ni maestros ni empleados aportan un centavo partido por la mitad para sus jubilaciones y pensiones. Recientemente, el sindicato de profesores ha aceptado modificar dicho régimen y comenzar a participar en la conformación del fondo, lo que ha permitido que sus agremiados sí reciban el salario de la segunda quincena de diciembre, no así los empleados, dado que su dirigencia sindical se niega a dicha modificación contractual.
El problema es que, insisto, muchos, si no es que la gran mayoría de empleados, sí quieren que se avance en ese cambio a su contrato colectivo de trabajo, acaso no por convencimiento sino por mera conveniencia, debido a que ya comprobaron que por primera ocasión en la historia de la Universidad, se pagó la quincena a unos trabajadores, en este caso los profesores, y a otros no, a los del Sueum.
Pero los empleados se topan con un lastre: Eduardo Tena Flores, el sempiterno líder, dueño del sindicato debiéramos decir. Tena es, a no dudarlo, el gran problema en la Universidad. Por años fue el artífice de conquistas inmejorables para su gremio, cierto, pero esas conquistas, por leoninas y groseras, tienen hoy postrada a la institución, en absoluta crisis financiera, amén de que su paso como dirigente no tiene nada que ver con la pulcritud y la decencia, aunque habrá que reconocer que en ello, la mitad, al menos, es responsabilidad de los ya varios dirigentes que le han solapado cuanto exceso e irregularidad ha querido, en aras de mantenerlo “tranquilo”.
Tena es, en pocas palabras, el gran depredador de la Universidad, al menos de su presupuesto, por esas “conquistas” laborales que ha arrancado a los rectores a base de presión y chantaje. Y hoy, es el impedimento para que la institución transite a la búsqueda de su sobrevivencia financiera, al negarse al cambio del régimen de jubilaciones y pensiones.
Pero resulta que, como decía antes, la mayor parte de los empleados sí aceptan el cambio, sólo él y sus huestes fieles no, obviamente para no perder poderío y control sindical.
Conforma avance la crisis para los empleados que no reciben su salario, es cada vez más probable que los días de Tena como dueño del Sueum estén contados, porque por mucho control y hasta temor que infunda en sus agremiados, éstos terminarán dándole la espalda si la comida comienza a escasear en sus mesas. O entiende su papel, o Tena pronto será historia en la Universidad. Historia triste, negra, ciertamente, pero historia. Si no, al tiempo.
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