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jueves, julio 17, 2025

¡TENGAN PARA QUE APRENDAN!

La dictadura, devoción fetichista por un hombre, es una cosa efímera

Winston Churchill (1874-1965) Político inglés

 

jaimelopezPara nada fue decepcionante: el “informe” al pueblo que rindió este domingo el Presidente López Obrador, fue tal cual se esperaba, bueno, tal cual lo esperaba cualquiera que no peque de ingenuo o de fanático del tabasqueño.

No puede decepcionar lo que no genera ninguna expectativa positiva. Ya se sabía que López Obrador no daría su brazo a torcer respecto de la demanda por autorizar un plan de incentivos fiscales para empresas de todos los tamaños, buscando reducir el riesgo de lo que parece irremediable: la pérdida de miles, de millones de empleos como resultado de la pandemia sanitaria.

En realidad, nunca pasó por la mente del presidente anunciar ningún tipo de apoyos fiscales, tanto porque en su lógica hacerlo lo haría ver como un gobernante débil, como porque su limitada y pueblerina visión del mundo le impiden dimensionar la realidad económica actual y, sobre todo, la que está por venir.

Y este domingo se corroboró la ausencia de liderazgo político y de un estadista que dé un margen razonable de credibilidad y confianza ante la crisis de salud y económica. López Obrador se dedicó a hablar a los suyos, a sus veinte millones de votantes fieles con los que, estima, podrá ganar las elecciones de 21; les endilgó el discurso de siempre, los números de siempre, las buenas nuevas de siempre.

Sin rubor, mandó al diablo a los millones de micro, pequeños y medianos empresarios que aún alentaban la esperanza que de última hora algún rayo de raciocinio le iluminara. Nada. A todos ellos, les recetó virtualmente la frase que hace unos días nos embarró a todos en un aeropuerto; ¡tengan para que aprendan!

Ahora sí, sin presidente real, noventa millones de mexicanos sabemos que ante el Covid 19 y la más pesada crisis económica de la historia del país, debemos buscar salir por nuestra cuenta, cada quien como pueda. Este domingo, López Obrador confirmó que es el presidente de sus veinte millones de seguidores. No más.

No decepcionó porque fue congruente con su populismo histórico. De hecho, él dio la clave en la recta final de su mensaje: “a nadie se engañó, por esto votaron millones de mexicanos”. En eso sí tiene razón, jamás nos engañó, sólo que pocos pudimos percatarnos de ello. Ni hablar, a la pesadilla le resta aún lo más oscuro.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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