La política es la historia que se están haciendo, o que se está deshaciendo
Henry Bordeaux (1870-1963) Escritor francés
Desde luego, hace bien el gobernador Ramírez Bedolla en levantar la mano para apuntarse, o apuntar a Michoacán, en la puja por el sitio donde decida el magnate Elon Musk instalar su planta Tesla en México.
Fuera de la siderúrgica en el puerto de Lázaro Cárdenas, no existe ninguna otra empresa de gran calado en la entidad.
Musk, ya se sabe, quiere instalar su planta donde producirá autos eléctricos, en Nuevo León, pero por increíble que parezca el presidente López Obrador trata de desincentivarlo con el pretexto de que en ese estado no hay agua. Y en cambio, busca convencerlo de que se decida por alguna zona cercana a su aeropuerto Felipe Ángeles, a ver si de esa forma le genera algo de atractivo al elefante blanco.
En ese entorno, Ramírez Bedolla entiende que puede ofrecer a Michoacán como una especie de tercero en discordia, y sería algo así como un sueño que pudiera materializarse una inversión de diez mil millones de dólares por parte de Musk, con la consecuente generación de mano de obra y de reactivación económica que ello generaría. Un sueño, sí, pero creo que imposible de alcanzar.
Hay que ser claros: un inversionista del tamaño del sudafricano dueño también de Twitter, no solo evalúa ubicación, conectividad, recursos naturales, mano de obra y estímulos fiscales, en todo lo cual Michoacán compite con cualquier y con grandes posibilidades de salir airoso, sino también certidumbre y estabilidad social y clima de seguridad, factores en los cuales poco tiene que ofertar la entidad.
Aquí es justamente donde hoy nos damos de topes por la permisividad histórica que nuestros gobiernos han dado a grupos como el indígena, el magisterial y el de normalistas, para poner de cabeza al estado, secuestrar, extorsionar, cerrar carreteras, todo en la más completa impunidad. Y ni hablar del empoderamiento de los cárteles del crimen organizado, dueños de casi todas las regiones del estado.
Cuando Musk checa Forbes y ve que Zamora es la segunda ciudad más violenta del mundo y Uruapan la sexta, y le informan que todo el oriente está sometido por la Familia Michoacana, y el bajío y la tierra caliente por el cártel jalisciense, se va quedando sin opciones para ubicar un lugar en el cual eventualmente pudiera instalar su planta de autos eléctricos.
Cierto, Bedolla ha hecho un enorme esfuerzo institucional para no permitir al menos los bloqueos de carreteras, pero al ser un fenómeno de décadas, es imposible superarlo de un día para otro. Difícilmente al gobernador le tocará cosechar frutos, pero si mantiene esa firmeza y, sobre todo, si la Federación llega a modificar su criminal política de abrazos y no balazos para los delincuentes, podrá pensarse en un futuro, ojalá no tan lejano, en que la entidad sea atractiva para inversiones del tamaño de la que actualmente busca realizar el señor Elon Musk. Por algo se tiene que empezar. Hoy, nos toca solo ver pasar el desarrollo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 586 días. twitter@jaimelopezmtz>