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viernes, mayo 2, 2025

TIEMPO DE ACTUAR

El amigo seguro se conoce en la acción insegura.

Quinto Ennio (239-169 AC). Poeta lírico latino

 

jaimelopezCitábamos en la entrega anterior, que la exigencia hoy con los diputados locales, es que no sean “intermediarios” en el conflicto universitario, sino protagonistas en su solución. Ello, porque de anda sirve que, como lo han anticipado, traten de mediar entre el rector Medardo Serna y los líderes sindicales para buscar recomponer una relación ciertamente rota; lo que hoy urge es una nueva Ley Orgánica que garantice viabilidad a mediano y largo plazo a la Universidad Michoacana, y los únicos facultados para aprobarla son justo ellos, los diputados; nadie más.

Pero el Congreso no parece admitir que juega un rol determinante en la solución a la crisis financiera universitaria, y pretende seguirse asumiendo como simple intermediario. En efecto, tiene el pretexto perfecto: hace más de un año demandó de la Universidad una propuesta concreta para que fuera la base para una iniciativa de una nueva Ley Orgánica nicolaita, y ésta, la propuesta, nomás no llegó nunca. Luego entonces, los diputados se han montado en el pretexto de que no trabajan en esa nueva ley, porque no tienen la propuesta de los sectores universitarios.

En sentido político, digamos que hicieron bien los diputados en demandar que del seno universitario surgiera la propuesta, a fin de que la nueva ley tuviera el consenso de todos los sectores y no se argumentara una imposición o un acto autoritario por parte del Congreso.

Hasta ahí, iba todo bien. El problema es que la propuesta era casi imposible. La Rectoría llevó a cabo durante más de seis meses foros, mesas redondas, coloquios y cuanto formato se le ocurrió para que todos los sectores nicolaitas expusieran su visión de la realidad universitaria y, lo más importante, su propuesta para mejorarla en el futuro inmediato. En general hubo una razonable respuesta de los sectores, si bien con visiones y propuestas en ocasiones hasta antagónicas, pero lo importante era la nutrida participación. El problema es que los dos sindicatos, el de profesores y el mafioso de empleados, decidieron no sólo no participar en los foros, sino ni siquiera permitirlos, bajo el argumento de que no estaban dispuestos a que se pusieran en riesgo sus conquistas laborales, sabedores de que cualquier cambio a la actual ley nicolaita, invariablemente conllevará, en efecto, un ajuste a dichas “conquistas”.

El rector Serna pudo haber llevado al Congreso las propuestas de los foros, pero no lo hizo bajo el argumento de que lo ideal era que tuvieran el visto bueno de los dos sindicatos. Pero él sabía que jamás éstos cederían en su oposición a la propuesta. Hoy, Serna debe hacer llegar las conclusiones de sus foros al Congreso, para quitarle a éste el pretexto de que no legisla para una nueva Ley Orgánica, porque no tiene ninguna propuesta.

En realidad, los diputados no debieran condicionar su trabajo en ese sentido a que la Universidad envíe o no su propuesta; la situación actual es de tal gravedad, que deben abordar el fenómeno y cumplir su obligación de ir por esa nueva ley nicolaita, repito, con o sin propuesta previa.

No hacerlo, es alargar indefinidamente un problema que ha llegado ya a niveles insostenibles. Ha llegado el momento en que el Congreso no capotee más la crisis universitaria y, al costo que sea, encare su solución. Sólo en sus manos está. Veremos.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitteer@jaimelopezmtz>

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