La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado
Montesquieu (1689-1755) Filósofo francés
Si algo dejó el debate de la noche de este miércoles entre los candidatos a gobernador, es el empeño unánime por consolidar una imagen contraria a los “políticos tradicionales”, “los de siempre”, “los que nos tienen sumidos en el rezago”.
En tratar de posicionarse como alternativas a esa figura, ciertamente gastada, coincidieron Mercedes Calderón, Hipólito Mora, Juan Antonio Magaña, Carlos Herrera, Abraham Sánchez y hasta Cristóbal Arias, que en todo caso sería el más “político” de todos.
Como regularmente sucede en este tipo de ejercicios, las propuestas y las alternativas de solución a la problemática social es básicamente la misma en todos los candidatos. Con matices y relativos sesgos, pero no hay mayor variación en ese sentido. La noche de este martes sucedió lo mismo.
Por eso, la auténtica novedad del debate organizado por el Instituto Electoral de Michoacán, sin duda la constituyó ese afán común de los seis candidatos por despojarse del perfil del “político tradicional”, aunque en realidad quizá los dos únicos que podrían tener argumentos para asumirse en ese papel, serían el líder de autodefensas Hipólito Mora y el empresario Abraham Sánchez.
Y es entendible que así suceda: está claro que el “político político” es aborrecido hoy más que nunca. Luego entonces, todos buscan pasarse del otro lado de la calle y adoptar una pose de cierta ciudadanización en su candidatura, de ahí que casi nadie tuviera la osadía de siquiera referirse a sus respectivos partidos. Éstos se quedaron en el clóset.
Me parece que el que haya logrado posicionar ese perfil opositor al “político tradicional”, podrá decir que salió mejor librado del ejercicio del IEM. Para ello habrá que esperar encuestas al respecto en los días por venir. Veremos quién o quiénes lo lograron.
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