El mundo está lleno de buenas máximas, solo falta aplicarlas
Blaise Pascal (1623-1662). Científico francés
Obviamente, espero equivocarme, pero es evidente que en cualquier momento puede suscitarse una auténtica tragedia, como resultado del operativo anti Uber que peligrosa e ilegalmente está tolerando la Cocotra que taxistas realicen en las calles morelianas.
Ya se sabe: los taxistas han decidido suplantar a la autoridad, en este caso a la Comisión Coordinadora del Transporte y al área de Tránsito, y por su cuenta realizan operativos para detectar vehículos particulares que supongan ellos trabajan para Uber. Sin ningún protocolo de por medio, menos sin una ley en la mano, los taxistas deciden libremente a quién cerrarle el paso solo por la simple sospecha de que se trata de un conductor de Uber. Basta con que un automovilista particular le parezca sospechoso a un taxista, para que éste convoque por radio a sus colegas y en cosa de minutos varios de ellos acudan para “detener” a dicho conductor.
Y lo peor, que esa burda ilegalidad es solapada y hasta alentada por Marco Antonio Lagunas, quien cobra como director de Cocotra, y por las mismas áreas de Tránsito, porque la autoridad ordena que el vehículo “detenido” por los taxistas sea remitido a corralón. En un increíble y peligroso mecanismo, hoy resulta que en las calles morelianas todos los que conducimos un auto particular tenemos que comprobar que no somos Uber, porque a la menor sospecha de lo contrario, en menudo lío estamos con taxistas y con autoridades.
La zozobra que el fenómeno está generando entre automovilistas particulares que cometen el “error” de parecer choferes de Uber, puede derivar en cualquier momento en choques violentos, ya sea por la resistencia de esos conductores a ser detenidos injustamente y que su unidad sea enviada al corralón sin ninguna razón legal, como porque los taxistas enfrenten a alguien con un perfil más violento que el de ellos mismos, y aquello pueda degenerar en hechos lamentables.
La autoridad, en particular Cocotra y Tránsito, no puede seguir empujando a los taxistas al inminente riesgo de chocar violentamente con conductores particulares. Si va a impedir que Uber trabaje, fundada o infundadamente, debe hacer valer esa decisión por sí misma, no escudándose en taxistas.
De lo contrario, insisto, ojalá me equivoque, pero en cualquier momento esos operativos de taxistas terminarán en una tragedia. Sino, al tiempo.
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