En política hay que sanar los males, jamás vengarlos
Napoleón lll (1808-1873) Emperador de Francia
Como la dignidad y la ética no son términos precisamente propios de la política y de los políticos, cuando llegan a presentarse en cualquier vertiente es justo destacarse. Parece ser el caso del diputado Daniel Moncada, que estaría sufriendo en carne propia las chicanadas de la política, a las cuales, por cierto, ya debiera estar acostumbrado.
Su partido, Movimiento Ciudadano, forma parte, ya se sabe, del Frente que encabezan PAN y PRD. Como partido minoritario de dicha alianza, Movimiento Ciudadano tuvo pocas candidaturas a su favor, y en las de diputados federales para el caso michoacano, sólo se le asignó el distrito 8, uno de los dos de Morelia. En el acuerdo nacional se aprobó que Daniel Moncada, diputado local, fuera el candidato para ese escaño en San Lázaro.
PRD y PAN estaban de acuerdo, pero Moncada no contaba con una suerte de traición que le deparaba el destino: Javier Paredes, un antiguo colaborador de Moncada en el Congreso del Estado y hoy dirigente de su partido en la entidad, habría sido el artífice para jugarle contras a su ex mentor, al maniobrar, o al menos no impedir, que Manuel Antúnez Oviedo metiera con calzador a su hijo y tocayo, justamente como candidato del Frente al distrito 8.
Como una medida de protesta por una actitud que él considera indigna –que de hecho obviamente lo es, más allá de que sea una práctica cotidiana en la política-, Moncada está a punto de renunciar a su partido.
En estricto sentido pragmático, es evidente que Moncada es un perfil mucho más competitivo que Antúnez junior para contender en una elección que será reñida en grado suma, con un PRI que en ese distrito saldrá como favorito, sea quien sea el candidato, y con Morena, que a la sombra divina de Andrés Manuel López Obrador, sin duda también jugará con posibilidades reales. Si alguien pudiera haber hecho sombra por el frente PAN-PRD-MC, sin duda sería Moncada. Difícilmente Antúnez tiene con qué, es un perfil absolutamente débil.
Más que un acto de berrinche, la inminente renuncia de Moncada a MC deberá ser vista como una reacción de dignidad. Veremos si la tiene y o si, como muchas ocasiones sucede en la política, da marcha atrás y lo “aplacan” con alguna otra posición. Ello, al margen desde luego de la derrota que sin duda recibirá Antúnez y el frente. Si no, al tiempo.
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