No importa que un político no sepa hablar; lo preocupante es que no sepa de lo que habla
Anónimo
El presidente López Obrador está recorriendo caminos dinamitados en su dictatorial visión de que lo que se le oponga, así sea la ley, debe ser hecho a un lado, porque un iluminado siempre estará por encima de cualquier obstáculo terrenal.
Y lo hace de manera más temeraria cada vez. Antes, su lógica estaba cifrada en que si una ley estorbaba, había que cambiar esa ley. Radicalizó peligrosamente su pragmatismo: ahora si esa ley estorba, ya ni siquiera hay que ajustarla, simplemente no se cumple y punto, a riesgo de lo que sea, que para eso siempre habrá resquicios legaloides.
La justicia federal ordenó una suspensión de los trabajos de construcción del tramo cinco del Tren Maya, en virtud de la falta de cumplimiento en la tramitología y, sobre todo, de la brutal deforestación que la obra está originando en las selvas del sureste mexicano. Pero el presidente tenía su as bajo la manga para asegurarse que su capricho por el Tren Maya no se truncara por un simple juez: antes había emitido un demencial decreto que califica todas las obras del gobierno federal como de “seguridad nacional”, con lo que, en su lógica, se salva cualquier freno judicial.
Bajo ese criterio, cualquier obra o programa de gobierno puede no cumplir ningún tipo de requisito, puede violentar cualquier norma, puede atentar contra todo marco legal, pero si es de “seguridad nacional” todo pasa a segundo término. Obviamente, no hay ninguna obligación de licitar ni transparentar nada: los meros moles de López Obrador.
Al amparo de ese desquiciado decreto, este mismo lunes la depredación de las selvas se reanudó, porque el tren es un asunto de “seguridad nacional”. Así, ya ni siquiera hay que cambiar y ajustar las leyes cuando le estorban a López Obrador. Lisa y llanamente se esquivan, así haya amparos de por medio. El presidente ha perdido todo el decoro y el pudor. El dictador que lleva en su ADN ya no es reprimido, cabalga alegremente despedazando al país entero, no solo las selvas del sureste. Y lo que falta.
twitter@jaimelopezmtz
