La democracia no es más que una dictadura elegida por el pueblo:
Bob Marley (1945-1981) Cantante jamaiquino
En el fondo, está claro que tanto a Donald Trump como a Claudia Sheinbaum les conviene el clima de violencia en California, vinculada a las inconformidades de la comunidad migrante, más concretamente la mexicana.
Al delirante de Trump, porque California resultó la mejor cortina de humo para desviar la atención de sus gobernados. Justo cuando se hacen recuentos del fracaso de su segunda estancia la Casa Blanca en seguridad, en drogas, en inflación. A falta de resultados, a Trump le ha caído como anillo al dedo la movilización latina, para contener el descontento popular por su gobierno y para saciar su sed de venganza.
Y a Sheinbaum lo mismo: las ejecuciones por miles, los desparecidos por cientos, los cárteles adueñados del país, nulo crecimiento económico, farmacias del sector salud vacías y mil golpes de realidad más. Y California le vino como bálsamo para desviar la atención de todos esos factores que hablan de un gobierno fracasado y deficitario por donde se le vea.
Además, tanto a Trump como a Sheinbaum les es altamente redituable envolverse en sus respectivas banderas y llamar a la unidad nacional para ir contra “el enemigo”.
Trump y Sheinbaum esconden bajo la alfombra resultados desastrosos y prefieren erigirse en “líderes” que van a la defensa de sus respectivas soberanías.
Cada uno a su estilo, pues, estirará al máximo la liga para sacarle el mayor jugo a lo que está sucediendo en California. Veremos hasta dónde alcanza y por cuánto tiempo. X jaimelopezmartinez