Lo que moralmente es incorrecto, no puede ser políticamente correcto
Donald Soper (1903-1998) Pastor metodista británico
La propuesta de garantizar que la Universidad Michoacana reciba cada año el seis por ciento del presupuesto global del estado, es francamente desmesurada y, como ilustró el diputado perredista Antonio Martínez Soto, sería “pegarle un balazo al estado”, o a sus finanzas, que para el caso es lo mismo.
Sólo para evidenciar la desmesura: este año, la Universidad recibió del gobierno del estado recursos por el orden de los 829.2 millones de pesos. De aprobarse la descabellada propuesta impulsada por la bancada de Morena, en el sentido de que del presupuesto global anual del estado, se destine el 6 por ciento fijo a la Casa de Hidalgo, el gobierno tendría que aumentarle a alrededor de ¡3,600 millones de pesos! su partida presupuestal. O sea, 4.5 veces más del monto actual.
Tiene razón Martínez Soto: es justo que haya más recursos para la Universidad, pero quien debe aumentar su participación financiera es el gobierno federal, no el estatal. Para éste, sería darse “un balazo” si se ve obligado a aumentar en ese nivel exorbitante el dinero que aporta a la Universidad.
La postura morenista en la 73 Legislatura es francamente demagógica y populista, sin sustento en la realidad. Es sólo para saludar con sombrero ajeno y enviar un guiño a la comunidad nicolaita, es una llave para entrar a ella como parte de la estrategia lopezobradorista para posicionarse con sectores sociales afines, de cara a su plan transexenal.
Afortunadamente, y contrario a lo que sucede en San Lázaro y en el Senado, Morena no alcanzó mayoría por sí misma en el Congreso michoacano, y su demencial propuesta del 6 por ciento del presupuesto a la Universidad, es materialmente imposible que pase, dado que en todas las demás bancadas está imperando la cordura y la sensatez.
Morena pretendió matizar su propuesta del 6 por ciento, con el candado de que ésta sólo se autorizaría si la Universidad creaba un fondo de jubilaciones y pensiones con aportaciones de los empleados y maestros. Este fondo debe aprobarse, al margen de que haya o no ese aumento presupuestal para la institución, pero obligar al gobierno estatal a que le destine 3,600 millones de pesos el próximo año, sería condenar a programas sociales y de inversión pública prácticamente a morir de inanición.
Ante la absurda propuesta de Morena, es exigible al resto de las bancadas la cordura y la sensatez. Veremos.