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viernes, mayo 2, 2025

UN TESORERO NO SE MANDA SOLO

La corrupción es peor que la corrupción: ésta puede poner en riesgo la moral de un individuo; aquella pone en riesgo invariablemente la moral de un país

Karl Kraus (1874-1926). Periodista austriaco

 

jaimelopezLuis Miranda enfrenta problemas con la justicia michoacana por haber participado del fenómeno “la licuadora”, que no es otra cosa que acumular en una sola cuenta bancaria todos los recursos federales y estatales que el gobierno de la entidad recibe y luego orientarlos conforme a sus necesidades. De ahí el nombre de licuadora, habida cuenta que todos los recursos se mezclan, tanto, que luego es casi imposible ubicar su origen y menos su destino.

El gobierno de Lázaro Cárdenas Batel se inventó ese mecanismo, como una estrategia para tener recursos frescos a la mano: el dinero que recibía de la Federación, fuera destinado y supuestamente etiquetado para seguridad, para educación, para participaciones a los municipios, para obra pública, para lo que fuera, todo iba íntegro a una cuenta bancaria concentradora, lo que le daba esa liquidez buscada, pero violentaba flagrante y burdamente los más elementales principios contables y presupuestales, y desde el punto de vista penal, constituía nítidamente el llamado “peculado”, es decir, desviar el recurso de una partida a otra sin autorización legal para ello.

Luego, el gobierno de Leonel Godoy no tuvo empacho en mantener el eficaz pero ilegal procedimiento, lo mismo que el de Fausto Vallejo. Todos corroboraron en la práctica que daba resultado, y no dieron mayor importancia al riesgo de que en algún momento dado alguien castigara luego el ilícito. Todos los gobernadores lo justificaron, al referir que la lentitud y retraso en la llegada de recursos federales, ponía en riesgo la gobernabilidad del estado, porque había que dar solución, como fuera, a los problemas y demandas de Michoacán. En pocas palabras, que el fin justificaba los medios, porque sí, los gobiernos tenían liquidez, pero a cambio llevaban un manejo presupuestario absolutamente desaseado y de una posibilidad altísima de incurrir en movimientos discrecionales del recurso, lo que abría la puerta al uso doloso y corrupto del mismo, por aquello de que a río revuelto, ganancia de…tesoreros y gobernadores.

Según dio cuenta el periodista Carlos Loret de Mola, Fausto Vallejo incluso llegó a ordenar por escrito, es decir, de manera oficial, a su entonces secretaria de Finanzas, Marcela Figueroa –sucesora de Miranda en esa administración-, que trasladara recursos entre cuentas de diversos programas, para cubrir necesidades del estado. Obviamente no lo decía en su oficio, pero Vallejo ordenaba y autorizaba la licuadora, o lo que es lo mismo, el peculado.

Hoy, Luis Miranda, el primer tesorero o secretario de Finanzas del gobierno de Fausto Vallejo, ha sido detenido, acusado de peculado por la Procuraduría General de Justicia del Estado: peculado, la forma técnica de llamarle a la licuadora en Michoacán. Miranda no creó esa obscena figura ni tampoco fue el último secretario de Finanzas que la empleó, pero hoy está enfrentando cargos por ello, si bien la acusación, al ser no grave, no le impedirá mantener la libertad mientras enfrenta el proceso. Cierto, que no haya inventado ni que con él no haya cerrado la licuadora, no le exime de responsabilidad, si es que las acusaciones en su contra son fundadas, pero sí deja en claro que si lo que se pretende es aplicar justicia, no puede soslayarse que antes y luego de él hubo quienes incurrieron en la misma irresponsabilidad.

Si nos atenemos a lo que es de dominio público y lo que han reconocido los gobiernos de Cárdenas, Godoy y Vallejo, Miranda sí habría incurrido en el delito por el que se le acusa, pero además de que es claro que quienes ocuparon su cargo en todos esos gobiernos también debieran estar sujetos a un proceso similar, también lo es que un secretario de Finanzas no es autónomo, no se manda solo, pues, por muy poderoso que sea. Indiscutiblemente actúa en función de órdenes o, al menos, de autorización de su jefe, el gobernador en turno, por tanto, los tres mandatarios que mantuvieron esa corrupta práctica de la licuadora, debieran ser indagados igualmente. Digo, si lo que pretendemos es hacer justicia.

Es de esperarse que la procuraduría silvanista cuente con todos los elementos para acusar con soporte al tesorero vallejista, pero igual que no se quede en él, sino que vaya por sus antecesores y sucesores, lo mismo que por sus jefes, los gobernadores, porque, no olvidar, un tesorero o secretario de Finanzas, por poderoso que sea, ni aquí ni en China se manda solo. Veremos.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz 

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