La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las faltas de los demócratas
Albert Camus (1913-1960) Escritor francés
Sólo así, de criminal, podría calificarse lo que la Cofepris estaría haciendo, de acuerdo a lo que denuncia el prestigiado neumólogo Guillermo Montes García: impedir la entrada al país de medicamentos que han sido probados en otras partes del mundo, como mucho más exitosos de los usados en México, para pacientes con covid. Y no sólo eso, sino también retener en las aduanas equipo generadores de oxígeno.
Se trata de una acusación por demás seria. Seguramente la Cofepris justificaría la decisión por alguna razón de tipo administrativo o reglamentaria, pero por tratarse de una oficina ya no autónoma, como fue siempre, sino apéndice del doctor muerte López Gatell, y que ya no toma medidas con fundamentos científicos, sino políticos, difícil sería creerle. Mucho más crédito tiene desde luego el también presidente de la Asociación Michoacana del Tórax y colaborador sistemático de RESPUESTA.
De hecho, ya a nadie puede sorprender que esté sucediendo lo narrado por Montes: en el gobierno de la 4T todo es posible, y todo es todo, incluso que se impida la llegada de medicamentos y de generadores de oxígeno, por demencial que parezca. No podemos olvidar que López Gatell se negaba en un principio a que México adquiriera vacunas.
Que hoy la Cofepris niegue autorización para que las empresas farmacéuticas mexicanas adquieran del extranjero Remdesivir, Bamlanivimab y Regen- cov 2, que han demostrado ser mucho más eficaces para tratar a pacientes con covid, provoca un mercado negro y por ende un alza en el costo y que se vuelvan prohibitivos para la mayor parte de la población y en consecuencia que mueran muchos más pacientes de los que debiera. Lo mismo con el hecho de que no autorice el paso por aduanas de equipos generadores de oxígeno.
¿Cuántos mexicanos no hubieran muerto hasta ahora si la Cofepris autorizara medicamentos y generadores de oxígeno? Nunca lo sabremos, pero seguro que miles.
Es evidente que de haber otra Cofepris, la de siempre, la que se manejaba con criterios científicos, no políticos, ya tendríamos acceso a esos avances médicos. Y quiero suponer que no es que «los López», Obrador y Gatell, deseen intencionalmente que mueran más mexicanos, sino que sus demenciales posiciones ideológicas les lleva a cerrarse a la ciencia, y si ésta tiene tufo a provenir del extranjero, más de países capitalistas, peor aún, porque son sinónimo del mal, de la corrupción.
Pensar así en cuestiones de ciencia, sólo puede caber en alguien como el presidente o como el payaso que tiene como «responsable» de «atender» la pandemia. Sólo que ese payaso toma decisiones criminales, no es un payaso cualquiera. Un payaso que enluta hogares mexicanos por miles al día. ¿Hasta cuándo? Hasta que lo permitamos.
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