Si los pobres votan por la izquierda y los ricos por la derecha…¿a quién le interesa que haya más pobres?
Paulo Coelho (1947-?) Escritor brasileño
Era previsible: la Universidad Michoacana anuncia este martes que ya se quedó sin dinero para cubrir compromisos financieros en la recta final del año. Como cada año a estas alturas, la llamada Casa de Hidalgo se declara en déficit y comienza su eterno chantaje por conseguir más recursos, ahora por 650 millones de pesos.
El problema es que, como cada año también, la Universidad sabía desde enero que no tendría el dinero suficiente para mantener su ritmo de gastos las 24 quincenas y sin embargo no realizó ningún ajuste en ese sentido, y eso que este año prácticamente ha sido de inactividad por la pandemia.
La Rectoría aduce que no hay mucho margen para recortar gastos, que ya ha hecho ajustes en sueldos de funcionarios y en varios rubros más. Es una verdad relativa, porque las reducciones que en los últimos años ha hecho, no han sido de fondo, no pasan de la fachada y de poco sirven a la hora de las cuentas anuales.
Está claro que la falta de solidaridad de sus trabajadores contribuye al agravamiento del fenómeno deficitario. Este año, considerando la pandemia y por tanto la casi nula actividad en la institución, bien pudieron haberse restringido los bonos y prestaciones a los empleados: por ejemplo, el bono de puntualidad parece un sinsentido en épocas en las que los trabajadores se encuentran confinados en sus casas.
Como sea, es claro que sindicatos y Rectoría tienen un acuerdo implícito para no ajustar el gasto cada mes de enero, pese a saber que el presupuesto no alcanzará más allá de octubre. Y es que en realidad a ambos conviene volver la mirada a otro lado, gastar como si hubiera el dinero garantizado y en el último trimestre presionar y chantajear a los gobiernos estatal y federal por más recursos.
Hasta ahora, siempre uno de los dos niveles gubernamentales ha salido al quite, aunque ya el año pasado muy parcialmente, tanto, que aún se adeuda parte del aguinaldo a algunos empleados. Pero este 2020 el panorama parece aún más complejo: el gobierno del estado está en una quiebra similar a la de la Universidad y en realidad está más para que alguien le auxilie, financieramente hablando, que para salir en ayuda de otro. Y ni hablar del gobierno federal, al que la universidad pública le causa escozor.
Oscuro panorama para la nicolaita, aunque habrá que decir que en mucho se lo buscó, al no hacer nada por ayudarse a sí misma en todo el año.
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