El que paga para llegar, llega para robar
Carlos Gaviria Díaz (1937-2015) Político colombiano
Dicen que los mexicanos nos especializamos en hacer difíciles las cosas que son fáciles. Y sí. La experiencia lo corrobora. El dicho viene a cuento con la “estrategia” de vacunación anticovid del gobierno federal. Particularmente en el caso de Morelia, se prevé que, como en casi todo el país, resultará en una desorganización total, justo por preferir el camino más complicado.
Se tomó la determinación de que los integrantes de las llamadas Brigadas Correcaminos, que no son otra cosa que promotores del voto a favor de Morena, llamen por teléfono a los adultos que se inscribieron en su momento para recibir la vacuna, a fin de informarles qué día, lugar y hora les corresponde acudir para ser inmunizados.
Ese no es el método más práctico y eficaz, primero porque no todos los adultos mayores cuentan con un celular y luego porque aun teniéndolo, la gran mayoría de ellos, como todos los mexicanos, no contestamos a un número desconocido, por razones comprensibles de seguridad. Y en el caso de teléfonos fijos, los adultos no podrán salir de sus hogares a ninguna hora del día, o hasta de la noche, a la espera de ser llamados.
Tan sencillo que hubiera sido organizar la vacunación conforme a la letra inicial del primer apellido de cada adulto registrado, lo que permitiría que cada quien supiera qué día le correspondía acudir al módulo a recibir su primera dosis, sin necesidad de estar al pendiente día y noche de la famosa llamada. Estresante.
Hay quien justifica que ese mecanismo es el que permite a los brigadistas correcaminos asegurarse de informarle al adulto que gracias al enorme corazón del presidente López Obrador, ya está lista su vacuna. Eso sí, que no lo olvide el 6 de junio. Ni así se justifica dicha logística: a la hora de aplicar la vacuna, los correcaminos bien pueden aprovechar para enviar los “atentos saludos del señor presidente”.
En fin, es lo que hay. El grado de complejidad no se justifica porque pudo ser mucho más fluido y fácil el mecanismo. Pero amén de la falta de vacunas, hay que lidiar con el manejo electorero de su aplicación. Como sea, a vacunarse….los que alcancen.
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