Cualquiera que tenga el poder de hacerte creer idioteces, tiene el poder de hacerte cometer injusticias
Voltaire (1694-1778) Filósofo francés
Solo en un gobierno de ocurrencias, como el que encabeza Andrés Manuel López Obrador, puede explicarse, que no justificarse, que se vacune a maestros contra el covid, antes que a médicos.
Ya las secretarías de Educación Pública y de Salud, anunciaron que se aplicarán vacunas Cansino a los maestros de Coahuila, Chiapas, Nayarit, Tamaulipas y de Veracruz. La pregunta es obligada: ¿qué justifica que se vacune a un profesor y no a un médico, cuando no hay comparación en el nivel de riesgo que ambos enfrentan en lo que a contraer el covid se refiere? Nada, nada lo justifica.
Pero se explica: en México la pandemia se maneja con el hígado, no con la cabeza. Con ocurrencias, no con ciencia. Con “detentes”, no con medidas adoptadas por especialistas. Con mentiras, no con verdades y realidades.
Por eso, a nadie debe sorprender el informe de la Organización Mundial de la salud, que advierte que pudieron haberse evitado alrededor de 190 mil muertes en México, si el gobierno hubiera manejado con “estándares razonables” la pandemia. Es decir, ni siquiera con medidas excepcionales o fuera del alcance, sino con “normalidad”.
Pero nada ha sido “normal” en el manejo gubernamental, todo ha sido insensato, torpe, criminal en muchos sentidos, desde la negativa a aplicar pruebas “porque no son necesarias”, y a autorizar apoyos emergentes a comerciantes y empresarios a fin de evitar la pérdida de miles de empleos y el cierre de negocios, hasta la resistencia inicial a comprar vacunas y a empezar a hacerlo cuando ya era tarde. Y ni hablar del manejo electorero, usurero, de la aplicación de las escasas vacunas que hay.
Así, que ahora se decida vacunar a maestros, antes que a médicos y enfermeras, ilustrar nítidamente lo que es el gobierno cuatroteísta: sin pies ni cabeza. Gobierno de sandeces. Punto.
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