Democracia es el nombre que se le da al pueblo siempre que se le necesita
Marqués de Flers (1872-1927) Dramaturgo francés
En el arranque de las campañas proselitistas este domingo, lo normal seríaabordar ese tema en este espacio. Pero la sola posibilidad de que los mexicanos estemos recibiendo vacunas vacías o llenas de agua, en lugar de inmunizante contra el covid, hace que cualquier otro tema sea relegado en su trascendencia.
La opinión pública se aterrorizó este fin de semana, al difundirse en redes sociales sendos hechos espeluznantes, uno en la capital del país y otro en Ciudad Obregón, Sonora. En ambos casos, personal del sector salud fue descubierto aplicando una supuesta vacuna contra el covid a adultos mayores de sesenta años, pero sin sustancia inmunizante. Es decir, vacunas vacías. Las enfermeras introducían la aguja en el brazo del adulto, pero sin contenido alguno.
Solo porque fueron grabados, los dos casos trascendieron, pero la alarma se ha prendido: ¿cuántas “vacunas anticovid” se han puesto en esas condiciones fraudulentas?, ¿se trata de casos de corrupción del personal de salud?, ¿o bien estamos ante enfermeras con mente asesina, sicóticas?, ¿o de plano solo cumplieron órdenes institucionales para amañar cifras oficiales de vacunación?
En cualquier caso, se terror. Claramente, lo de errores humanos se desecha como posibilidad, porque aun una enfermera voluntaria se daría cuenta que la jeringa estaba vacía. Queda entonces la opción de que en ambos casos las protagonistas sean enfermas mentales que buscan dañar intencionalmente a la persona a la que “vacunan”, o bien que guarden las dosis reales para aplicarlas a sus familiares o para venderlas subrepticiamente. Y la otra alternativa para explicar ese criminal yerro: que reciban órdenes de actuar así, porque el gobierno debe inflar las cifras de aplicación de vacunas de cara al proceso electoral, y dado que no las tiene en número suficiente, invente los niveles oficiales de la inmunización.
Todo es posible, pero en cualquier caso el criminal hecho no puede quedar impune. El Instituto Mexicano del Seguro Social, muy al estilo 4T, se limitó a minimizarloseventos, a atribuirlos a errores humanos, ofrecer una disculpa y a anunciar que la enfermera responsable había sido separada de la campaña de vacunación. Eso, en el caso de la Ciudad de México. Del otro, el de Sonora, ni postura oficial hubo al respecto.
¿Quién puede ahora asegurar que las escasas vacunas aplicadas en México fueron reales? Nadie. Esto es México, esto es la 4T, esto es el gobierno de López Obrador, y todo, todo es perfectamente posible, aunque suene dantesco. twitter@jaimelopezmtz>