Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo….del miedo al cambio
Octavio Paz (1914-1998) Escritor mexicano
Con todas las dudas respecto al manejo tendencioso y electorero que le puedan dar el gobierno federal, este martes arribarán a Michoacán las primeras diez y seis mil vacunas anti covid.
Fue el propio gobernador Silvano Aureoles el que dio la noticia este lunes, con sus dos vertientes: la buena, que llega ese primer lote de vacunas; la mala, que como son de manejo exclusivo del gobierno federal, hay fundadas razones para sospechar que su aplicación no se corresponda con criterios de justicia.
Y el recelo es obligado, porque ya se vio la ruin manera en que se orientaron los primeros lotes de vacunas que llegaron a la ciudad de México, el Estado de México y a Coahuila: a funcionarios y directivos de hospitales, incluyendo a sus familias, en tanto que miles de médicos, enfermeras y personal del sector, que auténticamente está en riesgo y que por ende debieran ser vacunados antes que nadie, se quedaron esperando.
No se ve por qué tendría que ser diferente en Michoacán, como en ningún otro estado. Lamentablemente, lo más lógico es que siga el mismo patrón: vacunas primero a los funcionarios de los hospitales públicos, que regularmente no están en riesgo porque ni siquiera se acercan a las áreas de atención a pacientes, y vacunas también con carácter prioritario a quienes las brigada del bienestar consideren que significan votos para Morena.
Tristemente esa es la forma en que comenzó la aplicación de la vacuna, y a menos que en Michoacán haya un cambio radical, todo indica que seguirá con esos mismos vicios, sobre todo porque ni el gobierno estatal, ni los ayuntamientos, ni el sector empresarial, ni el universitario, ni los colegios médicos, nadie, absolutamente nadie le puede meter mano. No vaya a ser que se vacune por equivocación a alguien que no comprometa su voto por Morena y la 4T.
Pero con todo y todo, veámosle el lado amable, que aún en una dictadura llega a haber: si llegan diez y seis mil vacunas, ocho mil personas quedarán inmunizadas. Seguro no las que lo merecen, no las que lo justifican, pero serán ocho mil menos fuentes de propagación del covid. Claro, ocho mil en un estado de cuatro millones son apenas el 0.2 por ciento.
La buena y la mala con las vacunas, pues.
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