Un pueblo que extiende las libertades civiles solo a grupos preferidos, comienza el camino a la dictadura de derecha o de izquierda.
William O. Douglas (1898-1980) Juez estadounidense
Como los malos ejemplos cunden, Guillermo Valencia no le hace el feo a perpetuarse al frente de lo que queda del PRI michoacano, luego de que el impresentable Alejandro Moreno , líder nacional, manipulara la modificación de estatutos para abrirse la puerta a la reelección, apenas el pasado domingo.
Raudo, Valencia tomó nota y este martes no descartó secundar a su jefe y ya en la impudicia, la falta de decoro y aún de la más elemental vergüenza, parece decidido a encaminarse también a tomar como rehén a su partido.
Y si en el fondo todo apunta a que lo que en realidad busca Alito es hacerla de comparsa de la 4T, de manera similar Valencia apuntaría a apoderarse del priísmo estatal para también seguirlo ofreciendo como moneda de cambio al bedollismo, tal y como hizo en la anterior elección en Morelia, donde jugó a tronar la alianza opositora. No lo logró, pero el ridículo ahí quedó.
Y es que en el PRI sus dirigentes tienen claro que sus horas están contadas, y están decididos a exprimir hasta las últimas gotas a un cuasi cadáver. Van por el dinero y las prebendas que logren arrancar en las horas finales al otrora partidazo. A fin de cuentas, con gobiernos morenistas en lo federal y en lo estatal, el dinero sucio y corruptor está garantizado. PRI y Morena, son, como diría Timbiriche, uno mismo.
No se ve la menor pizca de talante democrático en Valencia, como para dejar escapar la oportunidad de volverse, como su jefe, un verdadero cacique. Tiempo de fuera máscaras. Tiempo de irle diciendo adiós al PRI.
Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 83 días.
X@jaimelopezmtz
