El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación
Otto Von Bismarck (1815-1898) Político alemán
Más allá de que el organismo siga operando con relativa normalidad, pese a encontrarse acéfalo desde hace casi diez meses, es impostergable ya que el Congreso del Estado designe al presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Por mero cumplimiento de la ley.
Por razones que no son fáciles de identificar, los diputados no han dado los pasos necesarios para reponer el fallido procedimiento de hace ya varios meses. La legisladora priísta Adriana Hernández no se anduvo por las ramas: no ha habido la voluntad política por parte de los integrantes de la Comisión de Derechos Humanos –se refiere a la del Congreso, claro-, para sacar adelante la convocatoria para designar con base en ella al nuevo Ombudsman, dijo.
Incluso, Hernández receló que la apatía pudiera deberse a que sus colegas diputados de dicha comisión no quieren arriesgar a que con un nuevo Ombudsman sus recomendados en la CEDH pudieran ser dados de baja, por aquello de que la institución está atiborrada de enviados de los legisladores.
Como sea, éstos no pueden soslayar que al paso de casi un año, siguen inmersos en un grave desacato a sus obligaciones legales: el 9 de diciembre del 2019 debieron haber tomado la protesta al nuevo presidente de la institución. La ley ni siquiera contempla la posibilidad de que no ocurra así.
Para los diputados, en ese y en varios temas más ha comenzado la cuenta regresiva. Habrá que ver si tienen el talante y el compromiso para sacar adelante un asunto tan relativamente sencillo. No pueden apelar a que por causas de fuerza mayor o no atribuibles a ellos, se encuentran en esa grave laguna legal. Para decirlo claramente: es cosa de querer. Habrá que ver si quieren. Punto.
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