spot_img
20.5 C
Morelia
lunes, julio 28, 2025

¿Y DÓNDE ESTÁ EL RESPONSABLE?

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados

Groucho Marx (1890-1877) Actor norteamericano

 

jaimelopezUn joven que estaba a punto de ingresar a la Normal de Tiripetío, se encuentra hospitalizado, grave. Luego de dos semanas en que resultó con serias lesiones cráneo encefálicas al caer de un autobús en marcha mientras realizaba tareas de “boteo” entre los pasajeros, en la autopista Morelia-Pátzcuaro, no ha mejorado su estado de salud y de acuerdo con las estimaciones médicas, podría quedar con consecuencias de por vida.

¿A quién o quiénes atribuir la responsabilidad? Asunto de suma complejidad. ¿El gobierno?, ¿la empresa concesionaria del servicio de transporte de pasajeros?, ¿el conductor del camión?, ¿los líderes de los estudiantes normalistas?

Veamos: el gobierno, sí, por su complacencia histórica para que evidentes delitos sean cometidos por los normalistas al amparo incluso de la vigilancia policiaca, como es el retener por la fuerza autobuses y camiones, en algunos casos robarles la mercancía, en otros obligar a los pasajeros a donar “voluntariamente” una cuota para “el movimiento”. En estricto sentido, si el gobierno cumpliera su obligación de evitar ese ilícito, ese domingo no se hubiera registrado el accidente.

Los líderes estudiantiles, sí, también, porque sin medir consecuencias –o si las miden, irresponsablemente las soslayan- imponen obligaciones sobre todo a los jóvenes de nuevo ingreso, casi siempre de alto riesgo. A estos son a los que envían como carne de cañón para los actos vandálicos, para secuestrar, para asaltar. Son “pruebas” que los novatos deben pasar, si no, son rechazados. A las Normales no ingresan los más preparados o los que acreditaron el examen de admisión, sino los palomeados por los líderes, y demostrar que tienen virtudes para el delito, es la prueba final. De no ser obligado a participar en ese ilícito en la carretera ese domingo, el joven no estaría debatiéndose entre la vida y la muerte.

¿Y la empresa y el conductor?, pues en la lógica normalista, son los verdaderos responsables, pero visto con la mayor objetividad posible, son los menos culpables. Incluso, puede decirse que también son víctimas no solo de este evento, sino de la impunidad histórica que protege a los estudiantes. Pero es muy probable que la empresa termine regalando una suma de dinero a la familia del joven herido, por gestión gubernamental para zanjar el problema, aunque en estricto sentido sea injusto, dado que el concesionario, insisto, es víctima de siempre del vandalismo estudiantil. Como injusto sería que para darle una salida a contentillo de los “tiris”, se responsabilice al conductor de un accidente propiciado por los propios normalistas.

Lo peor de todo, es que el evento trágico no hará que nadie asuma su responsabilidad ni que cambien las cosas: ni el gobierno comenzará a cumplir su obligación de evitar delitos en la carretera, ni los líderes estudiantiles dejarán de enviar al matadero a sus huestes. Y no será este el último accidente. Los seguirá habiendo porque lo que campea es la impunidad y el que todo mundo se lave las manos. Y mientras, a la pesadilla le quedan todavía 788 días.

twitter@jaimelopezmtz

Noticias Recientes
spot_img
Noticias Relacionadas