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domingo, octubre 19, 2025

Y NO HEMOS VISTO LO PEOR

Más que la civilización, la justicia es la necesidad del pueblo:

Pietro Colletta (1775-1831) Historiador italiano

Tal como lo pergeñó, está resultando. Andrés Manuel López Obrador no lo pudo soñar mejor: derrumbar, hasta no dejar piedra sobre piedra, el sistema institucional del país, el régimen de libertades y el modelo democrático. Él comenzó la tarea y a quien impuso como su sustituta continúa al pie de la letra el guión.

Primero fue acabar con la autonomía del Poder Judicial. La pareja AMLO-Sheinbaum se anotó un diez. Hoy ya todos los jueces del país con cuatroteístas. El gobierno no tiene porqué preocuparse más por jueces “autónomos”. Todos son sus comparsas para que nadie salga con que la ley es la ley. Pero como aún con jueces “comedidos” la Ley de Amparo seguía siendo un lastre para la 4T, rápido se procedió a poner manos a la obra y este viernes debe publicarse en el Diario Oficial la reforma aprobada por la aplanadora guinda, que reduce a nada la defensa del ciudadano ante abusos del poder, y le da a éste facultades propias de una dictadura.

Luego el plan contemplaba poner también en la guillotina a los órganos autónomos para que dejaran de serlo, y sus funciones pasaran a manos del Estado. La CNDH, IFETEL, INAI, INE, TRIFE, COFETEL, no volverán a incomodar al régimen con osadías como marcarle lineamientos o pararlo en seco ante abusos. Y si de “incomodidades” hablamos, los medios de comunicación y las redes sociales, están hoy debidamente advertidos que “portarse mal” puede llevar a la cárcel.

¿Qué sigue? La mente enfermiza de López Obrador dejó para el final, como cereza en el pastel, borrar la democracia e instaurar una autocracia, cuando no de plano una dictadura. Y Sheinbaum, feliz, prepara la guillotina: en las próximas semanas enviará al Congreso la orden de aprobar una reforma que ella llamará “democrática”, pero que marcará el fin precisamente de la democracia, cancelando las plurinominales, acotando a la escasa oposición al reducir al mínimo su financiamiento y, sobre todo, garantizando que el INE y el TRIFE sean comparsas del oficialismo. Ya lo son, pero con la inminente reforma se consolidarán en su nueva posición.

Es claro que Sheinbaum le saca jugo gozosa al plan de su gurú y se está asegurando de su materialización. ¿A quién le dan pan que llore?, acaso se pregunta la presidenta científica. Con la reforma electoral se cerrará, entonces sí, la era de la democracia y entraremos a la noche más negra y larga de la historia de México. Porque hasta ahora no hemos llegado a esa noche. Es decir, que lo mejor, es lo peor que se va a poner.

X@jaimelopezmtz

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