Así lo advirtieron, tras exigir a Rectoría el cese al acoso de que les han hecho sujetos desde hace meses, y presentar pruebas que les acreditan legalmente para trabajar ahí
Expendedores de alimentos del centro gastronómico de Ciudad Universitaria exigen a autoridades universitarias cese al acoso del que están siendo objeto desde hace meses, que incluye la colocación de una cámara en el lugar para vigilarles, y hasta uso de drones para espiarlos. Piden también que el rector Raúl Cárdenas Navarro cumpla su palabra de recibirles, y si no les hace caso «con la pena» irán directamente con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
Detrás de este hostigamiento hay un actor intelectual y el jefe nicolaíta, quien se comprometió a recibirlos cuando los quejosos lo abordaron tras el acto de la inauguración del nuevo edificio de Rectoría hace semanas, y «él puede pararlo», dijo en rueda de prensa este lunes una de las locatarias, tras informar que ya han sido ingresados más vehículos food-truck a las inmediaciones del campus central de la UMSNH.
«No nos vamos a ir», sentenció la informante ante los medios en uno de los locales de ese centro que, a pesar de que la autoridad les ha cortado los servicios de agua y luz, sigue operando y recibiendo a estudiantes que acuden a tomar sus alimentos, aunque hoy no lucia lleno ni estaban todos los expendedores. Dijo que disponen de la documentación que les acredita para seguir vendiendo sus alimentos en el lugar de manera legal, además de que son mentiras y difamaciones lo de la supuesta falta de higiene, pues, según repuso, se están ciñendo a las normas sanitarias en sus locales y en la elaboración de los alimentos.
Dijo que este rectorado de Cárdenas Navarro ha sido «la peor administración» ya que «esta gente está empeñada en quitarnos nuestro trabajo», y en compañía de otros expendedores del lugar, dijo que «esto va más allá de la maldad, la discriminación y la persecución», además de injusto el trato que ahora están recibiendo: «no podemos aguantar ya».
Cuestionó a nombre de todos los afectados que estos funcionarios universitarios «no reconocen que son empleados» y están para servir, además de que ellos «son personas que aquí almorzaron, comieron y cenaron» en su momento.