Acusaron en conferencia de prensa a la política morenista de actuar con desprecio hacia los trabajadores y de no respetar sus derechos laborales
El Sindicato Único de Trabajadores del Telebachillerato en Michoacán (SUTTEBAM), continúa en la pugna de sus derechos laborales y exigen a la directora del Telebachillerato, Cristina Portillo Ayala se pongan al corriente en el pago de sus prestaciones.
El titular del Suttebam, Silviano Paredes Correa, acusó en conferencia de prensa a la política morenista de actuar con desprecio hacia los sindicalizados y de no respetar sus derechos laborales.
Acusó a la exdiputada local, de llegar con la promesa de representar a la 4 Transformación, con la intención de reforzar a la institución y sus trabajadores.
Sin embargo, afirmó que al momento no ha cumplido con ninguna de sus promesas que hayan contribuido a un cambio verdadero y por el contrario, sí lo ha entorpecido.
Recordó que entre sus demandas se encuentra la liquidación de adeudos a trabajadores, el pago de Bono de Previsión Social a los nuevos afiliados al sindicato, así como del bono de antigüedad, cuotas al IMSS, Infonavit e ISR.
Además de la regularización de 29 extensiones, reintegro de los descuentos realizado a 22 trabajadores, reinstalación de los trabajadores que fueron despedidos de manera injustificada en la pasada administración, expedición del talón de pago o recibo de nómina y de la credencial de identificación como trabajador del telebachillerato.
“Es importante recalcar que todos estos montos, que no han sido liquidados por las autoridades, sí son descontados a los trabajadores, pero no van a parar a estas instituciones, lo que constituye a todas luces una grave irregularidad, heredada por anteriores administraciones y perpetrada por la actual”, acusó.
Lamentó la actitud de Portillo Ayala, quien aseguró los ha llamado “pedinches”, que no se conforman con nada y que exageran en su serie de peticiones, además de que no trabajan.
Acusaron a la política obradorista, de no tener ni la vocación, ni la convicción para dirigir una institución educativa, además de no contar con la mínima experiencia y desconocer la lucha sindical y considerarla un capricho de algunos cuantos, ocurrencias y exageraciones, pese a que es un derecho consagrado en la constitución.