El fiscal explicó que se trata de una de las principales líneas de investigación sobre el crimen del líder citricultor en la región de Tierra Caliente
La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó que el grupo criminal Los Blancos de Troya, encabezado por César Alejandro Sepúlveda Arellano, alias El Botox, estaría implicado en el homicidio de Bernardo Bravo Manríquez, expresidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán.
El fiscal estatal, Carlos Torres Piña, explicó durante la entrega de reconocimientos por el Día del Ministerio Público, que se trata de una de las principales líneas de investigación sobre el asesinato del líder citricultor en la región de Tierra Caliente.
“Están identificados los autores intelectuales y estamos checando los temas de quién pudo estar en el momento, pero sí ya lo hemos mencionado, que son Los Blancos de Troya y su líder denominado o apodado El Botox, quien además, en base a esta información que se ha recabado de otros grupos criminales, nos ha permitido ir confirmando su modus operandi en cuanto a la operación y a la extorsión que se daba en esta zona”, manifestó.
Torres Piña añadió que la FGE indaga una probable reunión entre Bravo Manríquez y El Botox, quien sería presunto brazo armado de Los Viagras y actualmente mantiene una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De acuerdo con el fiscal, la dependencia ministerial ya tomó declaración a los tres escoltas encargados de la seguridad de Bravo, aunque aclaró que la FGE nunca brindó protección directa al productor, ya que esa función correspondía a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Las investigaciones también apuntan a que, antes de su muerte, Bravo Manríquez habría sido obligado a encontrarse con El Botox.
El análisis de los dispositivos y números telefónicos de los presuntos involucrados sostiene esta hipótesis.
Días antes de su asesinato, el dirigente citricultor había intentado regularizar los días de corte de limón —lunes, miércoles y viernes— para evitar la sobreproducción y el abaratamiento del fruto, lo que generó el descontento de la estructura criminal que exigía una cuota diaria de al menos dos pesos por kilo vendido.
Aunque el productor denunció amenazas en redes sociales, nunca reveló de qué grupo provenían.
Tenía 41 años de edad y fue hallado dentro de su camioneta con golpes en el rostro y torso, huellas de tortura y un impacto de bala calibre .38 en la cabeza.
