Líderes de las iglesias de Michoacán invitan a todos los sectores para reunirse en oración este 22 de Septiembre en el Teatro Ocampo
«Frenar la ola de maldad» y de violencia que tiene asolado al estado es el objetivo y causa por la cual los líderes de las iglesias que integran el Consejo Interreligioso de Michoacán han hecho la invitación publica y extendida a toda la ciudadanía y los sectores de todas las Diócesis de la entidad, para participar unidos en la Oración Unidad, para Construir la Paz y Reconciliación del Estado”, que tendrá lugar mañana 22 de Septiembre en el Teatro Ocampo de la ciudad de Morelia a partir de las 19:00 horas.
En conferencia de prensa ofrecida en las últimas horas, el presidente del Consejo Interreligioso, Juan Spyker, explicó que la oración unida se hará sin parcialidad religiosa o política y va dirigida será por la intención de reconstruir el tejido social en Michoacán, por los gobernantes, las familias, la economía y el medio ambiente, e invitó a todos a unir sus voces en oración.
Dijo que aquellos que no puedan acudir de manera presencial al Teatro Ocampo pueden participar vía virtual ya que va a ser transmitida esta importante reunión de oración, además de que habrá participación de las diferentes agrupaciones religiosas por lo que la invitación está abierta para todos los sectores de la ciudadanía.
La oración en unión es muy fuerte y es momento de volver el rostro a Dios, nuestro Señor, que siempre nos escucha y es quien lo puede todo, sostuvo.
A su vez, el Arzobispo de Morelia, Monseñor Carlos Garfias Merlos, quien es vicepresidente del Consejo Interreligioso de Michoacán, adelantó que la expectativa es que pueda haber una buena respuesta a la convocatoria a esta oración especial, porque en momentos de crisis es cuando debe haber unidad en la sociedad.
El Consejo Interreligioso del estado ha hecho énfasis en que una de sus prioridades es enfocarse en el fortalecimiento del ser interior de las personas, donde advierten que los síntomas de violencia, homicidios, feminicidios, vicios, corrupción, suicidios, drogadicción, desintegración familiar y otros más, son causados y tienen su origen por el descuido en la educación que debe comenzar en el seno del hogar.
La educación, el gobierno y las iglesias necesitan fortalecer a las familias y su salud integral interior para reconstruir el tejido social, hoy disgregado, asumen.