«Huele a muerte» y tristeza, alertó el padre rector de Catedral, por ausencia de Dios que es vida
Hay una pandemia terrible de depresión: jóvenes y niños que no sonríen, que están desesperados, y sin rumbo, que caen en los vicios a falta de plenitud. «Vivimos una cultura de muerte» espiritual, alertó el rector de Catedral, Juan Manuel Quiroz Armenta.
El presbítero dijo observar que los jóvenes no sonríen, están desalentados, desesperados, angustiados, están enojados y sin rumbo, y muchos terminan suicidándose. Todo ello cuando a su edad debieran estar alegres, joviales, entusiastas y plenos.
El rector de Catedral advirtió que es igual con los niños que en lugar de vivir con ternura, inocencia y fantasía su etapa, están estresados, preocupados, no son felices.
Jóvenes y niños buscan lo que no tienen en el hogar en distractores que los llevan al precipicio desde la falta de valores, la incomunicación familiar y el estar pegados al celular, hasta el alcoholismo y las drogas, sostuvo. No hablan, están agresivos, «esto es cultura de muerte», lamento.
«Vivimos una cultura de muerte, sentenció el presbítero Quiroz Armenta, solo basta mirar alrededor: «huele a muerte» y a odio, no solo de crimen y violencia, sino de muerte espiritual por ausencia de Dios.
Lo mismo pasa con los adultos cuyas relaciones no perduran, se destruyen a sí mismos entre sí. Hay violencia en general en lugar de paz, prosiguió por lo que refirió que en esta Cuaresma, justo una semana antes de la Semana Santa, es preciso reflexionar sobre esta ausencia de Dios quien es camino, verdad y vida, dijo, y reconocerle como tal, pues teniendo a Cristo en nuestro interior nos fortalecemos con vida, vida espiritual: Jesús dijo «yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí no morirá», alentó el sacerdote.
Acercarse a Dios es ir por la vida, vida eterna.
